La provincia de Santa Fe registró mejoras parciales en el caudal del río Paraná, después de meses de una bajante histórica que todavía genera consecuencias ambientales y que dificultó la navegación en varios tramos. También se percibió la mayor cantidad de agua en Chaco, Corrientes y Entre Ríos.
En el puerto de Santa Fe, el río Paraná se ha caracterizado en los últimos días por un comportamiento oscilante, ya que luego de tocar un mínimo de 60 centímetros el 14 de agosto experimentó un repunte que llevó la marca a 1,18 metros en apenas cinco días, el 21 de agosto.
A su vez, desde ese registro hasta hoy el río perdió gran parte de lo que había recuperado, ya que la medición que Prefectura Naval realizó esta madrugada arrojó 0,85 metros, aunque en estado estacionario.
Asimismo, la altura actual del río Paraná en la estación fluvial de la capital santafesina está relativamente cerca de la marca récord histórica en bajante, que se dio en la medianoche del 20 de mayo pasado, cuando midió 48 centímetros, es decir muy lejos de los 5,3 metros que representa el nivel de alerta y de los 5,70 metros en que se fijó el nivel de evacuación.
Por su parte, en Rosario, la altura se ubicaba hoy en 0,75 metros, lo que mostraba un descenso de 5 centímetros respecto de la medición de ayer, según el informe diario de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), pero mejor que semanas atrás. Si bien la bajante sigue siendo pronunciada, el nivel hidrométrico mejoró en relación al piso mínimo al que llegó el 22 de mayo pasado, con 0,08 metros.
Luego de cinco días de crecimiento del nivel de agua, las últimas tres jornadas marcaron una caída en la medición, que está lejos de los 2,67 metros que mostraba el río a la altura de Rosario el 29 de febrero pasado, según la FICH.
A raíz de la bajante, embarcaciones quedaron encalladas en barro seco, salieron a la luz numerosos bancos de arena, anclas antiguas, municipios debieron trabajar para mantener el servicio de agua potable.
A su vez, perjudicó la reproducción y el crecimiento natural de ciertas especies de peces del río; y pescadores y comerciantes aseguraron que la pesca bajó notablemente respecto a años anteriores, al igual que las ventas.