En poco menos de 15 días, el presidente Mauricio Macri se convirtió en padrino de tres varones: dos de Olavarría y uno de San Nicolás.
La llamativa coincidencia no responde a relaciones personales u afectivas de ningún tipo, sino que obedece a la ley de Padrinazgo presidencial, que obliga a todo jefe de Estado a apadrinar al séptimo hijo varón o séptima hija mujer de una familia.
Tiene origen en una antigua tradición rusa que predicaba que el hijo hombre número 7 se convertiría en un lobizón y la mujer en una bruja. La única forma de romper el maleficio era a través del padrinazgo de los zares.
El pequeño Benjamín Cejas, de 4 años, fue bautizado este fin de semana en la capilla de barrio San Francisco, y como enviados presidenciales participaron el edecán vicecomodoro Ariel Ambrogi y María Eugenia Trigo, del área de Ceremonial de la Nación. Sus dos madrinas, Romina y Agustina, presenciaron también la ceremonia, una de ellas como jefa barrial.
La mamá del menor, Flavia Cejas, contó que escribió la carta de puño y letra y que la respuesta llegó finalmente este año. "Estoy muy emocionada. Sabía que aunque pasó mucho tiempo, nos iba a responder", le confió a Vía San Nicolás. En lo que va de gobierno, son alrededor de 140 niños los que ya fueron apadrinados por Macri.
(Fotografía: SN 24)