Johanna Rabbia se expresa sin vueltas, con todo el dolor por un abuso y las heridas que no cicatrizan. Tiene 23 años, y hoy más madura y en retrospectiva se anima a abrir el corazón.
Con la condena de Carlos Escalante a 14 años de prisión, su padrastro y ex obispo mormón, purgó parte de los fantasmas y se volcó a las redes con un sentido y profundo mensaje. "Ya hablé tantas veces sobre esto, en principio para que me defendieran y no me defendieron. A la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, ustedes dijeron que el perdón era una obligación para mí, que yo estaba mal porque no sabía perdonar al pedófilo", arrancó el descargo.
En antinomia a su apellido, parece haber encontrado las palabras justas para expresar a la distancia lo que sintió cuando todavía era una adolescente. Los abusos se repetían casi a diario y su madre nunca sospechó, hasta que ella se armó de coraje y decidió escribirle una carta para dejarlo en evidencia. El proceso fue difícil, pero hubo esperanzas.
"¿No creen que era muy pequeña para que me dejaran sola con todos estos problemas? Me acuerdo que lo lanzaron como un chisme entre los jóvenes obviamente para burlarse, entonces tiré y tiré, lo eché yo, lo denuncié yo, lo expuse yo, lo repudié yo", escribió. Y no escatimó en reproches para con la iglesia que siempre le dio la espalda: "Sólo a ustedes que hablan de tantos versos (sabían y sabían que Dios lo sabía) y ni siquiera van con la ley".
"Carlos Escalante, a vos con tu CONDENA te devuelvo el dolor que me dejaste, te pertenece y aún así no quita lo que hiciste. Sin importar lo difícil que sea. Todo lo que sé es que voy a estar bien. Voy a sonreír porque me lo merezco y este beso es para mí, lloro y me aplaudo, me felicito", soltó, con un contundente "el patriarcado se va a caer".
