El sábado pasado, la tradicional escuelita de fútbol de San Luis, “La Torre”, festejó sus 25 años, y lo hizo a lo grande. Junto a la familia de las chicas y chicos que asisten cotidianamente al club, las celebraciones contaron con visitas estelares.
En el agasajo, las y los nenes pudieron disfrutar de la visita de dos archiconocidos exjugadores de Boca y River, “El Mono” Navarro Montoya y “El Burrito” Ariel Ortega.
A su vez, ya que en la institución también se dicta fútbol femenino, se presentaron la árbitra internacional Salomé Di Iorio y la jugadora de San Luis FC, Antonella Flores.
Como si fuera poco, a las celebraciones se sumó la presencia de uno de los campeones mundiales del ‘86: el “Vasco” Julio Olarticoechea.
Quién podrá imaginar la emoción de las y los chicos al ver a uno de los campeones del Mundo con la celeste y blanca, a tan solo 13 días del Mundial de Catar.
De esta manera, durante toda la tarde del sábado, las pequeñas y pequeños deportistas pudieron compartir con los invitados las distintas actividades organizadas. Fue una celebración para toda la familia llena de estrellas.
Julio “El Vasco” Olarticoechea y su rol fundamental en el Mundial de México ‘86
Olarticoechea fue jugador profesional durante 17 años e integró tres equipos de los 5 grandes del fútbol argentino (Boca, Racing y River), además de haber jugado también en Colombia, Italia y Francia.
Actualmente, es uno de los 30 futbolistas con más partidos jugados en la Primera División de Argentina (466). A su vez, tiene más de 600 encuentros jugados en toda su trayectoria.
El “Vasco” fue convocado a la Selección Argentina y conformó los planteles de 1982, 1986 y 1990.
Se le recuerda especialmente por la salvada en la línea de gol en el histórico partido contra Inglaterra en el Mundial de 1986, gracias a lo cual Argentina ganó 2-1. Aquel día, quién no podría recordarlo, un tal Diego Armando Maradona convertiría con “La mano de Dios” y eludiría a cuanto rival se le cruzara para convertir “El gol del siglo”.
A esta salvada excepcional, el mismo “Vasco” la bautizó como “La nuca de Dios”.
El “Vasco” era un jugador polifuncional, se acomodaba a las decisiones del técnico. Tenía una fuerte personalidad, era rápido y con una gran disciplina táctica para la marca. Su puesto natural era el de lateral por la izquierda, aunque durante en el Mundial de 1986, Bilardo lo hizo jugar de lateral por derecha.
También tenía buen fútbol y explosión, con gran vocación ofensiva y salía dando pases con clase y precisión.
Con su aporte, Argentina logró su último título mundial hace ya 36 años. Ahora, todo un país aguarda con ansias el próximo Mundial de Qatar.