Una runner transitaba su recorrido habitual de cinco kilómetros. Una vez pasado Puente Blanco corría en dirección a Terrazas del Portezuelo, cuando fue interceptada por cuatro sujetos que salieron atrás de ella. La tomaron del cabello, la acorralaron y posteriormente la lanzaron al piso inmovilizándola para hurtarle su celular. El hecho ocurrió a plena luz del día, concretamente a las 17.40.
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Arita Quiroga, la víctima, declaró para Diario El Chorrillero. “Estaban en un kiosco, y cuando pasé salieron atrás mío. Uno me apuntó con un arma tumbera y me sacó el teléfono”, expresó la joven de 25 años.
Se sospecha que los delincuentes rondan entre los 13 y 14 años y dos de ellos llevaban tapabocas. Quiroga se defendió de ellos con su cuerpo. Una vez que la tiraron al piso intentaron robarle sus zapatillas, pero pasaron dos autos en ese momento. El vehículo no se detuvo, pero sirvió para ahuyentarlos. “Después paró una camioneta, donde iba una pareja y me ayudaron. Ellos llamaron a la Policía”, declaró.
Los policías que llegaron a la zona del delito le tomaron los datos a la joven y le expresaron la importancia de realizar una denuncia. “Ellos ya sabían que esos pibes andaban robando, porque habían recibido denuncias todo el día. No fui la única, hubo varios robos hoy”, dijo la víctima.
La joven es solo una de las personas que forma parte de la lista de víctimas en esa zona. Entre ellos varios ciclistas y personas que practican running han sido víctimas de robos “en patota”. El factor común de estos asaltos es que se efectúan en la misma zona siempre.
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Las personas que realizan actividades físicas en la zona reclaman presencia policial para poder realizar sus actividades con tranquilidad.