En la localidad sanluiseña de San Jernónimo, el domingo pasado alrededor de las 23, un matrimonio de jubilados que tiene una despensa en su propia casa, ubicada a unos 500 metros del centro, fue increpado por unos delincuentes que con el rostro cubierto los amenazaron con un arma y los golpearon.
La pesadilla comenzó cuando Ricardo Camargo de 67 años y su esposa cerraban el negocio y fueron sorprendidos por tres delincuentes con el rostro cubierto. Primero los amenazaron con un arma de fuego y les exigieron todo el dinero en efectivo.
A pesar de que ninguno de ellos se rehusó a entregarles a los malvivientes lo que exigían, terminaron golpeando a Camargo en el rostro, y aunque no fue de gravedad, le ocasionaron cortes.
No contentos con eso, los delincuentes decidieron encerrar al matrimonio en una habitación, "y mientras uno vigilaba los otros revisaban todo en búsqueda del dinero", confirmó el jefe de la subcomisaría 20ª de la localidad, principal José Torino, a El Chorrillero.
Los delincuentes estuvieron alrededor de media hora en la vivienda, tiempo que les alcanzó para robar bebidas, cigarrillos, un equipo de música, una serie de cuchillos -que estaban a la venta en el negocio-, una cámara digital y "una suma considerable" de dinero y escaparon por la puerta trasera de la casa.
Camargo radicó la denuncia al otro día y allí expuso que reconoció a uno de ellos por la voz, ya que "compra diariamente en su negocio".
Torino dijo que también lograron identificar a los otros dos autores del hecho gracias a los videos de las cámaras de seguridad instaladas en las casas de la zona.
El hombre fue asistido en el centro de salud local y luego derivado al Hospital San Luis para "una mayor atención", según explicaron desde la dependencia.
"Toda la noche se trabajó, hicimos rastrillaje con canes y tuvimos colaboración de otras dependencias, pero la lluvia dificultó mucho la tarea. Al otro día continuamos con el operativo, pero no encontramos nada", indicó Torino en relación a la posibilidad de que dar con algunos elementos sustraídos del domicilio.
Es posible que la Policía realice allanamientos en el pueblo. La causa recayó en el juzgado Penal Nº 2 a cargo de Ariel Parrillis.