El miércoles a las 14, la Cámara del Crimen 2 de San Luis condenó a prisión perpetua y por unanimidad, a Augusto Caín Agüero Lucero y a Martín Alejandro Tula por el homicidio de Fabio Fernández, de 20 años de edad, ocurrido el 4 de noviembre de 2014 en un baldío de la calle Salvador Segado, al sur de la capital puntana. La víctima murió producto de un disparo de un revólver calibre 22 y de varios golpes en la cabeza.
"En San Luis hay Justicia. Quiero agradecer a los policías de Homicidios, al juez Sebastián Cadelago Filippi, al fiscal Fernando Rodríguez. Cuando hay recursos, se puede investigar y hay Justicia" dijo el papá de la víctima, tras el fallo.
Antes de retirarse del recinto, una ambulancia tuvo que asistir a uno de los hermanos de Fabio, Danilo, quien sufrió una descompensación producto de los nervios y la situación.
El crimen fue calificado como "Homicidio agravado Criminis Causa" (es decir, matar para ocultar otro delito, refiriéndose al robo), en los términos del Artículo 80 Inc. 7° en la calidad de coautores. Con respecto a "circunstancias atenuantes y agravantes" de la pena, el Tribunal coincidió en la "falta de antecedentes de condena conforme informe actuarial", y como agravante la "circunstancia de tiempo, modo y lugar".
El veredicto fue leído por la secretaria Griselda Murcia, pasadas las 14 horas ante una Sala de Debate Oral Nº 2 que se mostró completa por la presencia de familiares y amigos de la víctima y de los acusados, lo que obligó a reforzar la guardia policial, según informó El Chorrillero.
Durante la mañana se escucharon los alegatos de las partes. El Fiscal de Cámara, Fernando Rodríguez, había solicitado la pena de prisión perpetua, mientras que las defensas pidieron la absolución de los dos imputados y argumentaron que no había elementos probatorios que vinculen a sus defendidos con la muerte de Fernández.
En tanto, cuando se les cedió la palabra a Tula y Lucero antes del veredicto, ambos se limitaron a decir que eran "inocentes", informó El Diario de la República.
Esa noche entre el 3 y el 4 de noviembre de 2014, Fabio fue increpado a golpes en un descampado próximo al supermercado Aiello El Lince. A Fabio los homicidas le destrozaron la cara golpeándolo con trozos de cemento y ladrillos, causándole la rotura de los huesos del maxilofacial y la fractura de la base del cráneo. Además de los golpes en la cabeza, tenía una herida de proyectil de arma de fuego en la tetilla izquierda, causada con una bala calibre 22 corto.