El 7 de diciembre de 2017, Agustin León de 15 años falleció en una ambulancia que lo llevaba desde Naschel al Hospital de San Luis, en la capital puntana. Su mamá asegura que se trató de un mal diagnostico que terminó con la vida de su hijo, por lo que comenzó con una lucha judicial; pero el 18 de abril pasado le comunicaron que la causa había sido cerrada a instancias del Juzgado Penal de Concarán.
Según informó El Chorrillero, la semana pasada la mujer buscó reunirse con la ministra del Superior Tribunal de Justicia, Lilia Novillo, para solicitarle que interceda en la causa, pero no hubo éxtito ya que la funcionaria "se encuentra de licencia" y recordó que en su momento el caso tuvo tanta repercusión que asegura que llegó hasta los oídos del gobernador Alberto Rodríguez Saá.
Incluso el 28 de septiembre del año pasado, durante el acto de la inauguración del Hospital de Merlo "Madre Catalina Rodríguez", el mandatario provincial hizo referencia al caso e incluso relató la trise historia.
“Tal vez la muerte se produjo por falta de insumos, de pericia, pudo ser mala praxis o una tragedia”, explicó en su discurso y anuncio que por ese caso iban a crear un “protocolo” con el objetivo de investigar hechos de esta índole y "saber por qué sucedieron. Asumiremos nuestro compromiso de estudiarlo y ver las causas cada vez que pase una tragedia como ésa”, resaltó.
Pamela Ferreyra, la mamá del chico fallecido, contó que le pareció "una falta de repeto y un manoseo" la determinación del Juzgado Penal de Concarán: "Estoy muy enojada. No tiene perdón lo que hicieron, y más sobre todo después de pelearla por un año y medio", explicó indignada.
Destacó que en la causa, a lo largo de la investicación, citaron a declarar a todos los testigos, menos al médico que lo atendió a Agustín esa noche.
Agustín, el caso
El 7 de diciembre de 2017 para la familia León - Ferreyra comenzó una pesadilla cuando su hijo Agustín llegó a la casa por la noche luego de salir a comer una hamburguesa. Con el tiempo comenzó a sentirse mal hasta el punto de que no reaccionaba a las palabras de su madre e incluso estaba "desvanecido".
Inmediatamente lo trasladaron al centro de salud de Naschel y un médico de apellido Herrera fue quien lo atendió y lo diagnosticó con una "gastroenteritis".
Ferreyra explicó que su hijo padecía de un quiste aracnoideo en el cerebro y que se había hecho muchos estudios, en otra oportunidad en el Hospital Allende, de Córdoba, y en el Garrahan, en Buenos Aires. Su mamá se lo dijo a el médico pero ella asegura que "no lo tuvo encuenta".
Mientras esperadaba en la sala de observación y ante la falta de reacción de Agustín, la mujer pidió que lo derivaran al Hospital San Luis en la capital puntana, pero le respondieron: "Deben esperar".
La madre contó que unas "horas después le inyectaron algo en el suero y cinco minutos más tarde comenzó a respirar mal y a brotarse entero" detalló y recordó que mientras lo trasladaban en la ambulancia, 10 kilómetros antes de llegar su hijo de 15 años falleció. "En ese momento me dijeron que le dio tres paros y que no pudieron hacer nada", contó llena de dolor.
A partir de allí comenzaron las idas y vueltas judiciales para saber cuál fue la causa de la muerte. Cuatro días más tarde hizo la denuncia penal en el juzgado de Patricia Besso.
Empezó así la recolección de los testimonios de los padres de Agustín, de los enfermeros involucrados, del chofer de la ambulancia, pero no de Herrera, el médico. Además, se entregó el historial médico del chico y el libro de mesa de entrada del centro de salud.
Gustavo Lafourcade, fue uno de los tres médicos que le realizó la autopsia al cadaver de Agustín, y le contó a Ferreyra: "Me dijo que el estómago y vísceras no estaban dañados por una gastroenteritis y que el quiste estaba intacto. Muchas muestras se enviaron a Buenos Aires por el estado de descomposición del cuerpo", resaltó y afirmó que "podíra haber llegado a San Luis sin problema, pero como se equivocaron en el diagnóstico, el medicamento lo reventó".
También buscó hablar con la ministra de salud, Silvia Sosa Araujo, pero la secretaria le dijo que "no podían hacer nada ya que la causa está judicializada".
Hoy, Pamela recuerda a Agustín como un "adolescente especial, un buen estudiante y sobre todo un buen hijo". Y también remarcó que solo quiere "saber la verdad".