Más de 50 familias llegaron hasta un terreno baldío de Pocito, ubicado en el interior del Lote Hogar 27, para reclamar al IPV la entrega de sus viviendas. Las inscriptas aseguran que llevan más de 20 años en el padrón, esperándolas.
“Queremos que se nos tenga en cuenta igual que a las familias de asentamientos y villas. No queremos que nos regalen nada, solo esperamos que también se nos dé la misma prioridad, ya que llevamos muchos años inscriptos en el IPV”, explicó Roxana Carrizo a Diario Huarpe.
Esperando la entrega de sus casas del IPV: “No queremos nada gratis”
Mujeres y niños llegaron en la noche del viernes, alrededor de las 22, con frazadas y abrigo para pasar la noche para llevar a cabo su reclamo. Pese a la lluvia, las familias aguardaron allí y prometieron continuar con lo que exigen, ya que “en mi caso llevo 24 años esperando”, dijo.
“Todas acá pagamos un alquiler y ver estas situaciones, no nos parece justo. Queremos una respuesta, desde hace muchísimo tiempo no se están realizando sorteos y eso no nos parece bien. Nosotros también tenemos necesidades y somos parte de la sociedad. No queremos nada gratis, cada una de nosotras puede pagar la cuota que corresponda, pero pedimos ser escuchadas”, confió Carrizo con indignación, tras saber de los últimos barrios entregados por parte del IPV para las personas de los asentamientos Evita, La Defensa, La Paz y Pellegrini, de La Bebida, afectados por el terremoto del 18 de enero pasado.
Convocadas por Whatsapp: se esperan 2 mil personas más
Las mujeres de la familia se convocaron mediante el Whatsapp para realizar una sentada en el baldío. “Sentimos que esta era la manera de ser reconocidos y escuchados. Para esta tarde van a llegar unas 2000 personas más que están también en la misma situación. Si la manera de tener casa es usurpando, entonces lo vamos a hacer”.
“Queremos que alguna autoridad llegue hasta acá y nos diga algo, lo que sea, pero que nos hablen, que reconozcan nuestras necesidades. No le tenemos miedo a la lluvia”, agregó.
Denuncian maltratos de la policía
Además, la mujer denunció una serie de maltrato por parte de la policía sanjuanina que intenta desalojarlos del predio.
“En la noche del viernes nos insultaron y uno de los oficiales manoteó al hijo de una de las chicas. No dejan que nos pasen comida o agua. Es inhumano”, sostuvo.
Y por último la entrevistada explicó: “Para poder hacer nuestras necesidades, entre todas armamos una ‘casita’ porque no nos dejan salir. Dicen que lo que estamos haciendo es ilegal, pero nadie llegó acá con palos o nailon. Simplemente estamos sentadas en un lugar abandonado”.