Una charla con una amiguita a la que consideraba como una “prima”, víctima también de abusos (el caso ya tiene condena), sacó a la luz la dramática situación que vivía cada vez que visitaba a su padre, quien hace mucho se había separado de su madre. La víctima de 11 años relató que su progenitor intentó violarla y su tío, antes de irse a trabajar, la manoseó en la cocina del domicilio en el que vivían ambos sujetos. El caso terminó en la Justicia, con una doble condena.
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La denuncia fue radicada por la mamá de la menor el pasado 26 de julio. Ese día la víctima la llamó para decirle que la fuera a buscar a la casa de su padre, ubicada en Santa Lucía. Después de contar todo, madre e hija se dirigieron al Centro Anivi. Allí se supo todo.
Frente a psicólogos, la niña confesó que el año pasado su papá se metió a su cama y la manoseó, e incluso intentó violarla. También contó que, si lo denunciaba, iba a matarse. Respecto a su tío relató que una madrugada la sacó de la cama de su abuela y se la llevó a la cocina, donde también la manoseó.
Según publicó Diario de Cuyo, tanto el padre como el tío de la víctima (no se los menciona para preservar a la víctima) quedaron detenidos el 11 de agosto. También quedaron imputados por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante.
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Esta semana, después del juicio abreviado acordado por el defensor Claudio Vera y la fiscal Valentina Bucchiarelli, los sujetos fueron condenados por el juez de garantías Andrés Abelín. El padre de la nena, un empleado metalúrgico, recibió 4 años y 8 meses de prisión efectiva por abuso sexual simple agravado por cometerlo contra su hija. Y castigó con 3 años en suspenso (sin encierro) a su hermano oficial panadero de 21 años, por abuso sexual simple agravado por la situación de convivencia.