Es un lugar destinado a darle contención a enfermos terminales que no tienen con quién pasar los últimos momentos de su vida. Se trata de la Casa de la Bondad, que depende de la fundación Manos Abiertas, que comenzó su obra en Córdoba en el 2001 de la mano del padre Ángel Rossi. En el país funcionan 4 hogares de este tipo. En época de Fiestas, los directivos de la institución le contaron a Diario de Cuyo que la solidaridad de los sanjuaninos se multiplica y que reciben donaciones de todo tipo no sólo de empresas sino también de particulares que se organizan con el fin de dar una mano.
"Evidentemente en diciembre el corazón de muchas personas se abre y realmente las ayudas crecen de manera significativa. Personas, instituciones, algunos de forma anónima. Realmente estamos muy contentos por todo lo que pasó en este mes también", le dijo Mirtha Cuadros, directora de la institución al periodista Lisandro Peyrán. Además de recibir donaciones materiales también reciben a grupos solidarios que pasan un tiempo con los pacientes y los alegran un rato.
Entrar a la Casa de la Bondad no transmite nada tétrico, sino que se respira una increíble sensación de paz. En las dos habitaciones que reposan los pacientes, hay una vibra especial. No es fácil el momento de decir adiós y si bien los voluntarios que le dan vida a este lugar han sido entrenados, cuesta.
Para que la institución funcione, hay más de 100 voluntarios, distribuidos en la dirección, en el área salud, el área cuidadores -que es la gente que atiende de manera directa a los enfermos-, el área cocina, el área lavandería y el área secretaría, encargados de la recepción de las visitas y de las tareas administrativas.
En la Casa de la Bondad no sólo están al lado de los pacientes en materia física, sino que buscan lograr que el paciente pueda despegar del cuerpo para pasar a un nuevo estadio, aceptando el proceso, sin dolor y en paz.
