Matías es un adolescente sanjuanino que ahora tiene 16 años pero que desde antes de los 10 trabajaba como changarín en los supermercados de su zona. Juntó moneda a moneda hasta que le alcanzó para su primer violín, tras meses de estudio y disciplina logró integrar la Orquesta Escuela San Juan.
El joven viene de una familia muy humilde, lo cría su abuelo Antonio porque su mamá murió cuando él era muy chico. Este hombre es un pilar fundamental en la carrera musical del joven porque si bien nunca antes había visto este instrumento, su abuelo es quien más lo apoya, informa Diario de Cuyo.
"Es como si la música me hubiese llamado. Yo era muy callejero y andaba con malas juntas. Tenía 10 años y siempre haciendo lío. Un día salí de la escuela, pasé por la puerta de la biblioteca que queda cerca de mi casa y sentí música. Entré y vi a muchos chicos. Nunca había visto un violín, pero no pude dejar de mirarlo", cuenta Matías. Desde la Orquesta Escuela lo invitaron a unirse al grupo y no dudó un minuto en sumarse.
"Desde entonces me cambió todo. Puedo hablar mejor, me visto de otra manera y soy más disciplinado", agrega.
https://youtu.be/sqgI2lQH2B4
Lo mejor que le pasó desde que toca este instrumento es participar de un recital en el Auditorio Juan Victoria. El chico lo define como un lugar con mucha "mística". Dice, además, que viajar con la orquesta es un gran premio y que lo reconforta. Cuando habla de su futuro, todavía no tiene claro qué es lo que quiere ser. Pero está seguro de los cimientos que la música construyó en su modo de actuar. "Estar en esta orquesta me enseñó a ser disciplinado, trabajar en equipo, escuchar al otro, expresarme mejor y hablar con gente de todos los niveles. Todo esto de algo me servirá para cualquier cosa que elija cuando sea grande".