Hace 20 años Ceferino Amaya violó a la hija de su pareja y luego mató a la niña y su mujer. Las enterró en la misma casa que compartían. Los cadáveres fueron descubiertos luego de que los vecinos denunciaran la presencia de un olor nauseabundo en el asentamiento Pedro Echagüe, de Santa Lucía, San Juan. El hombre fue condenado a reclusión perpetua en 1998 por esa violación y el doble asesinato. Gracias a una conmuta, esa pena quedó en 25 años de cárcel y en el 2014 salió del Penal con libertad condicional. Cuatro años después, Amaya habría reincidido, abusando sexualmente de la nieta de su pareja, en el mismo lugar donde 20 años atrás mató y violó.
Mónica Lucero, titular del Tercer Juzgado Correccional, ordenó detener al doble homicida y violador Amaya, quien circulaba con máxima tranquilidad por los pasillos de Tribunales. El sujeto paseaba por el edificio de la calle Rivadavia a pesar de tener un pedido captura por dos causas: una por abuso sexual y otra, por amenazas contra el padre de la presunta víctima.
La última denuncia contra Amaya fue radicada en enero. La causa cayó al Segundo Juzgado de Instrucción, a cargo de Pablo Flores. Un fiscal ordenó detener al homicida, pero el juez consideró que no era necesario detenerlo porque se trataba de un abuso sexual simple, según publicó Tiempo de San Juan. El 26 de marzo, el padre de la niña presuntamente abusada denunció por amenazas a Amaya. Fue entonces cuando la jueza Lucero libró la orden de captura.
La Policía inició la búsqueda del sujeto, pero no aparecía por ningún lado. Aparentemente, fue a Tribunales a una reunión informativa citada por el juez Flores. Esto llegó a oídos de la otra jueza que llevaba la causa por amenazas y lo mandó a detener. Amaya está en la Central, se presume que irá a la cárcel porque según la legislación vigente, cuando un preso comete un delito gozando de libertad condicional este beneficio se le es revocado.