Un policía ebrio protagonizó un escándalo, este sábado por la noche, en San Juan. El agente iba manejando borracho y lo sorprendió un control de tránsito. Él quiso evadir el operativo, se dio a la fuga y armó un escándalo en el cuartel donde estaban sus compañeros. Terminó detenido y ahora también suspendido de su trabajo por la escena que montó. Lo más grave es que con él iba su hija de cuatro años.
Según publicó el diario Tiempo de San Juan, todo ocurrió en la zona de Concepción, en la Capital provincial. El agente, identificado como Maximiliano Riveros, manejaba en estado de ebriedad y vio un control de tránsito. Por el estado en el que estaba, evadió a sus colegas y se dio a la fuga. Allí comenzó una persecución que terminó en el Cuartel Central de Bomberos de la Policía de San Juan, donde trabajaba Riveros.
Riveros condujo hasta ese lugar mientras lo perseguían porque tenía como objetivo demostrar que era uniformado y así evitar que le quiten el auto. En el cuartel mostró su arma reglamentaria y comenzó a gritarle a sus compañeros para que dijeran que él era policía. El sujeto terminó detenido y la sorpresa fue que al revisar su auto se dieron cuenta que adentro estaba su pequeña hija de 4 años.
El agente fue suspendido sin goce de sueldo y la Secretaría de Control de Gestión de la provincia le abrió un sumario interno para dilucidar la escandalosa situación. "La situación fue grave, lo que se está tratando de determinar es si el agente sacó el arma o la señaló para decir que era funcionario", indicó Eduardo Gallastegui, a cargo de la oficina que investiga la conducta del uniformado. "Se pudo comprobar que estaba bajo los efectos del alcohol, pero no está determinado por el momento la cantidad", aseguró el funcionario local.