Dora Ruarte estaba trabajando cuando su humilde casita de adobe y palos terminó consumida por el fuego. El que fue su hogar por 42 años quedó hecho cenizas a causa de unas velas que utilizaba para iluminar el domicilio, ya que hace unos días le cortaron la luz por falta de pago. El dramático incidente ocurrió este último miércoles en la zona conocida como San Ceferino, departamento San Martín.
La damnificada es una anciana de 71 años, quien sufre de asma y una trombosis que la complica en su pierna izquierda. La mujer quedó viuda hace siete años y quedó sola en la casa porque su única hija, Andrea Albarracín de 30 años, se mudó a Caucete con su esposo y sus tres hijos. Al momento del siniestro salió a trabajar como empleada doméstica -pese a su edad y graves problemas de salud- ya que la pensión de ama de casa no le alcanza.
Según explicó a Diario de Cuyo, su situación es tan critica que hace unos días se quedó sin electricidad porque no podía pagar las boletas y tuvo que recurrir a las velas para poder alumbrarse. Sin embargo, aquella alternativa arrasó con lo poco que tenía. Es que los efectivos policiales creen que una de las velas fue la causa del desastre, aunque Dora no le dio tanto crédito a la teoría porque dijo estar convencida de haberlas apagado.
Lo cierto es que la abuela perdió todo: sus muebles y todas sus cosas se convirtieron en escombros. "He perdido todo, hasta los documentos y los papeles de cobro y tengo que hacer todo de vuelta”, señaló amargada.
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