La historia de este hombre ha logrado tocar los corazones de todos los salteños: pasó épocas difíciles, vivió en la pobreza, perdió a su esposa en un accidente y, luego de jubilarse, se desanimó. Sin embargo, no dejó que eso lo detuviera y creó una “gomería móvil”. “No es un trabajo, ni un hobby, es salud para mi”, expresó a Vía País.
Miguel Ángel Gómez es de Salta y ha pasado por mucho en su vida. Cuando era pequeño, vivía con su mamá y sus dos hermanos, pero no tenían mucho: “Siempre alquilando, con la pobreza al lado”, contó. Además a veces debían salir a los basurales para poder comer. “Ya desde chicos empezamos a valorar”, recordó.
Seguir progresando después de una tragedia
Tras años de esfuerzo, ya que no había podido terminar la secundaria en tiempo y forma, pudo ir a un lugar donde le permitían terminarla para empezar una carrera universitaria y comenzó a estudiar la Licenciatura en Enfermería. Sin embargo, una desgracia sacudió su vida: sufrió un accidente que terminó con la vida de su esposa y madre de sus primeros hijos.
“Iba con muletas a estudiar. Pero era más fuerte el dolor y la cabeza que me hacía por la muerte de mi mujer, que no pude terminarla”, explicó. Luego pudo ir a la Escuela Ramón Carrillo a estudiar enfermería: “Fue para agradecer y devolver todo lo que me ayudaron con el accidente, el trato que me habían dado en el hospital”.
Allí encontró su vocación y comenzó a trabajar de enfermero por un tiempo. Lamentablemente, luego sufrió problemas cardíacos y tuvo que dejar de trabajar para poder hacer reposo.
Repensar la vida luego de la jubilación
Más tarde, llegó su retiro y aunque a muchas personas podría parecerle un alivio, él comenzó a padecerlo ya que se sentía mal por no trabajar. “Ahí me empecé a sentir inútil, por no hacer nada. Toda la vida desde chico trabajé”, indicó.
Fue por eso que intentó hacer emprendimientos, como de productos de limpieza, para poder pasar el tiempo. Luego, surgió la idea de una “gomería móvil”, pero no obtuvo mucho apoyo de su familia, y sus hijos le dijeron que sería mejor que aprovechara para descansar.
Este año, la menor de sus hijos le dijo: “Papá, ¿vos querés seguir trabajando? He estado viendo que en capital no hay de esos servicios. Yo te ayudaría”. Así fue como comenzó este nuevo proyecto que comenzó a crecer cada vez más.
En abril de este año él quería imprimir volantes, pero su hija le sugirió que utilizara las redes porque vuelan y ella se encargo de viralizarlo. El 1 de junio entró a las redes. “Ese día no me dejaban trabajar de todos los que me llamaron. Hoy en día es un boom”, explicó Miguel Ángel.
Hoy festeja su decisión ya que considera que fue la mejor opción para sentirse mejor. “Me sirvió para aliviarme la depresión y sentirme útil. En esto que hago soy feliz, la gente es muy buena, me ayuda, me atienden, me felicitan, me cuidan. Eso me motiva muchísimo. No es un trabajo, ni un hobby, es salud para mi. Ahora mi familia ya entendió que no puedo estar quieto”, finalizó.