El domingo por la madrugada Moisés Galarza, un joven de 26 años, estaba consumiendo bebidas alcohólicas en el sector de juegos infantiles de una escuela pública ubicada en el barrio 9 de Julio de la localidad norteña de Orán junto a una pareja compuesta por otro joven de 27 años y una mujer de 18, cuando llegó al lugar un sujeto, alcoholizado y bajo el efecto de las drogas, blandiendo un machete y profiriendo amenazas.
Según el testimonio de los presentes no existía motivo para tal despliegue de violencia, por lo que se quedaron azorados ante la agresión. Sin embargo, al cabo de unos segundos, Galarza reaccionó a las provocaciones, y fue en ese momento que el atacante le propinó un machetazo que prácticamente le partió el intercostal, desde la axila hacia abajo.
El joven se desplomó cubierto de sangre, mientras que la joven pareja huyó a esconderse, al tiempo que el agresor escapaba de la escena todavía con el arma ensangrentada en su mano.
Con la desaparición de su agresor, Galarza se puso de pie como pudo y emprendió el camino hacia su casa, herido ya de muerte, por las solitarias calles en la madrugada oranense. En la calle lo alcanzó su madre, que dio aviso a las autoridades. Sin embargo, cuando la ambulancia llegó al lugar, el joven ya había exhalado su último aliento.
Mientras las fuerzas locales comenzaban a investigar el homicidio de Moisés Galarza, alrededor de las 11.30 del domingo, el supuesto homicida se apersonó en la subcomisaria 9 de Julio de esa ciudad, clavó el machete en la tierra, ingresó al recinto y confesó el homicidio del joven de 26 años.