La maestra salteña Rosa Sulca fue asesinada en su casa en Villa Mitre, en la capital salteña, y por el crimen hay tres jóvenes detenidos. En un intento por salvar su vida, ella llamó al 911 para pedir ayuda pero los policías que fueron a su vivienda se limitaron a tocar el timbre e irse porque nadie los atendió.
Siete meses después del homicidio, la menor detenida pidió declarar el jueves pasado y en su testimonio se responsabilizó de haber asesinado a la docente. Atribuyó su conducta desplegada al consumo problemático de sustancias estupefacientes y trató de desvincular a los otros imputados en la causa, Pablo Ezequiel Verón y Martín Oscar Laime. La adolescente dio su testimonio ante la fiscal penal Ana Salinas Odorisio acompañada de su mamá y de un defensor oficial.
El homicidio de Rosa Sulca puso en evidencia la falta de acción del Sistema de Emergencias 911 y de la Policía salteña frente a casos de violencia. Mientras luchaba por su vida, la víctima llamó al 911 y aunque un operador la atendió, y envió un móvil policial para constatar el hecho, los policías no hicieron nada. Llegaron a la casa, tocaron el timbre y como nadie salió a atenderlos se retiraron.
Durante la llamada, se escucha que Rosa pide auxilio porque la estaban matando. Acto seguido una joven le quita el teléfono y le explica al operador que su tía tomaba medicación mientras se escuchan los gritos de fondo de la víctima. Por el homicidio, hay tres jóvenes detenidos, también fueron imputados los policías que fueron a su casa y agentes del 911.