El miércoles pasado, la imagen de una joven mamá de la localidad salteña de Morillo que se quedó dormida después de una ingesta de alcohol mientras su bebé desnudo lloraba a su lado, mostró otra realidad que azota a las comunidades del interior salteño: las adicciones. “El bebé tenía los ojitos hinchados de tanto llorar para ser atendido por su madre”, contó un vecino que fue testigo de la situación.
Tras la difusión de la fotografía, se supo que el asesor de Incapaces de Embarcación, José Cortez, solicitó el traslado de la madre y del pequeño al hospital de la zona para ser asistidos por personal médico, y ordenó dar con el paradero de los familiares directos. También pidió que intervenga la Secretaría de Niñez y Familia para realizar informes ambientales, y garantizar la revinculación del bebé con su madre. Se requirió a la Secretaría de Asuntos Indígenas la ayuda económica y social para la protección del niño, y al Ministerio de Salud para que brinde el tratamiento adecuado a la madre.
“El bebé se encuentra en buen estado de salud y es la mamá la que está siendo compensada por el servicio médico”, indicó José Cortez, quien además solicitó el traslado del padre de la criatura desde una finca donde trabaja de jornalero hasta la comisaría, para entrevistarlo por videollamada, debido a que el lugar está a 120 km de Embarcación. “Pude conocer la situación y la dinámica real del grupo familiar y actuar en la protección de los derechos del pequeño, para de esta manera evaluar que el bebé fuera entregado al padre, quien se hará cargo de su bienestar”, explicó el funcionario.