En la ciudad de Salta, al igual que en cualquier otro lugar, hay muchas personas que sufren alguna discapacidad, sea motriz, visual, o auditiva, entre otros casos.
A la hora de ayudar a una persona con discapacidad, por mejor intención que se tenga, se cometen muchos errores que contribuyen a desnaturalizar la situación de la persona y a minar su autoestima.
En diálogo con Vía Salta, Boti Lecuona, Director General de Discapacidad de la ciudad, explicó cuáles son estos errores, y señaló la forma correcta de ayudar, dependiendo del tipo de discapacidad.
Lecuona remarcó que el hecho de "desnaturalizar la discapacidad genera dificultad en la primera conexión con la persona", con lo cual es importante no sobreactuar y siempre preguntar "cómo ayudar". El funcionario destacó que si una persona con discapacidad se encuentra sola en la calle, es porque puede valerse por sí misma; entonces es importante que a la hora de ofrecer ayuda, se pregunte bien en qué forma se la puede brindar.
En el caso de ayudar a una persona con una dificultad motriz, que se vale de alguna ayuda técnica como un bastón, muletas, etc, se ofrece la ayuda, y si la persona la acepta, se acompañan sus movimientos y se camina a la misma velocidad, sin apurarse y sin obstruir el paso.
“Normalmente lo que sucede es que se sobreactúa, y eso genera una situación incómoda para la persona con discapacidad”, señaló Lecuona a este medio.
A la hora de dar una mano a una persona en silla de ruedas que se vale por sí misma, muchas veces se comete el error de anunciar que se va a ayudar, y empujar la silla de ruedas sin antes avisar. "Esa situación es muy común para estos casos" indicó el funcionario, y remarcó: "La silla de ruedas es el espacio personal de la persona, primero hay que preguntar cómo se puede ayudar".
Lecuona señaló que además de preguntar cómo ayudar, es necesario saber a dónde se quiere ir y por dónde se quiere llegar. Y, en el caso particular de la silla, empujar lentamente, teniendo en cuenta que los estribos de la misma pueden ocasionar mucho daño,por lo tanto tomar distancia si hay una persona caminando adelante.
"Al tener un diálogo con una persona que se encuentra en situación de silla de ruedas, es ideal hacerlo a la misma altura, es decir, sentado o en cuclillas, cosa de poder mirarla a los ojos".
El funcionario también contó que una situación muy común en los casos de una persona en silla de ruedas que necesita de un guía permanente, es que a la hora de ofrecer ayuda, las personas se dirigen en primera instancia al guía, y no a la persona con discapacidad. "Se está suponiendo que además de no poder caminar, no tiene condiciones para responder", dijo el Director de Discapacidad.
Por otro lado, para ofrecer ayuda a una persona sorda, es necesario hablar claro, despacio y de frente, para que esa persona pueda leer los labios, y una vez entablada la conexión, dejar que ella sola se haga entender.
En el caso de una persona ciega, se comete muchas veces el error de tomarlas por el brazo y cruzar la calle. Nuevamente volvemos a la primera pregunta, el "cómo ayudar". Primero es necesario ofrecer a esa persona el hombro o el codo, y caminar un paso adelante, describiendo lo que se ve e indicando precisamente los obstáculos que se van encontrando.
"Las personas tienen que aprender que una persona con discapacidad es primero es una persona, y por tanto, cuenta con los mismos derechos que cualquiera," concluyó Lecuona.