Una historia más de las tantas que rompen el corazón en estos tiempos difíciles de pandemia en que nos toca vivir. Se trata del relato de Gustavo Gallardo, a quien la cuarentena encontró trabajando en Santa Cruz, pero por la coyuntura actual quedó en la calle.
Antes de la pandemia Gustavo hacía changas de construcción o pintura. Pero ahora, sin un peso para pagar un alquiler o comprar comida, decidió irse de Caleta Olivia y volver a su ciudad natal, Salta, donde lo esperan cinco hijos y su familia. "No tengo trabajo, para comer ni para pagar el alquiler. Me voy para Salta Capital, desde hace dos días vengo que no como nada", dijo al portal de noticias El Caletense.
El problema es que Gustavo no tiene manera de volver, por lo que armó un bolsito con su ropa y salió a la ruta para emprender una tarea titánica: caminar los 2.700 kilómetros que separan Caleta Olivia de Salta.
"Salí caminando ayer a las 9 de la mañana. Dios quiera que alguien se apiade, me quiero volver porque toda mi familia está en el norte", aseguró Gustavo, y se mostró preocupado por la posibilidad de que no lo dejen cruzar los controles fronterizos: "Me arriesgo a todo, si me para la policía que se haga cargo de mi integridad física porque estoy sin nada".
Gustavo contó que cuenta con un permiso de circulación que pudo tramitar en Caleta Olivia. "Este papel me lo dieron en un cyber, ellos me sacaron el permiso nacional", aseguró. Y luego relató que durante la marcha policías le tomaron los datos, pero lo dejaron seguir y le pidieron que tenga cuidado.
"Yo soy el único sostén de mi familia. Si consigo trabajo allá la plata se queda en la casa y tendremos para comer", dijo el hombre, y agregó que en Salta lo esperan sus cinco hijos, padres y hermano, y que espera poder conseguir trabajo cuando vuelva a sus pagos.
La última vez que se tuvo noticias de Gallardo, este estaba por llegar a la comunidad de Ramón Santos, donde esperaba "tener señal y que mi familia pida ayuda al Gobierno de Salta".
Antecedente a la inversa
Hace un mes se conoció la historia de Sabrina Layampa, una joven de 29 años de Orán, que decidió viajar hasta Caleta Olivia para encontrarse con un hombre del que se había enamorado en internet, pero que cuando por fin llegó se encontró con una sopresa poco agradable.