El chofer de una empresa funeraria denunció que el sábado pasado, cuando trasladaba el cuerpo de un paciente fallecido por COVID-19 al municipio salteño de Pichanal, un grupo de personas lo interceptó y obligó a entregarles el féretro.
La investigación está a cargo de la fiscal penal María Sofía Fuentes. El conductor contó que su trabajo consistía en llevar el cuerpo desde el hospital de Orán hasta el cementerio de Pichanal para darle entierro. Sin embargo, cuando llegó a la terminal, alrededor de 15 personas, entre familiares y amigos del fallecido, lo obligaron a bajarse del vehículo y le exigieron que traslade el cuerpo a barrio Islas Malvinas de esa ciudad.
Allí lo velaron durante dos horas y con presencia de al menos 30 personas. La llegada de la Policía puso a resguardo al empleado de la funeraria y por directivas de la fiscal, se notificó a los participantes del incumplimiento de las medidas adoptadas por las autoridades competentes para impedir la introducción o propagación de una epidemia.