El pasado 10 de junio detuvieron al policía debía custodiar a Liliana Flores la noche que fue asesinada por su expareja dentro de su vivienda en un barrio de la localidad salteña de Cerrillos.
El efectivo, identificado como Elvio Rolando Aguirre, fue imputado por incumplimiento de sus deberes de funcionario público y quedó el libertad. Ahora el fiscal penal de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, Gustavo Torres Rubelt, apeló la resolución de la Jueza de Garantías 7, quien rechazó el pedido de prisión preventiva y lo dejó libre.
En el recurso de apelación, Torres Rubelt ratificó que se mantienen los riesgos procesales invocados al solicitarse la prisión preventiva de Aguirre, que habilitan que se revoque la libertad otorgada, se disponga su detención y se ordene la prisión preventiva.
El fiscal sostiene que por pertenecer a la Fuerza de Seguridad de la Provincia, Aguirre tiene acceso a información y puede obstaculizar la investigación.
De la pericia realizada sobre el celular del policía se pudo determinar que él estaba hablando por teléfono cuando Hedgar Ezequiel Almirón ingresó a la casa de su expareja, la mató y luego se quitó la vida. Horas antes, la víctima había denunciado violencia del género en la comisaría del barrio Pinares y se le había asignado una custodia policial a cargo de Aguirre.
Esa llamada fue borrada intencionalmente por Aguirre en "una maniobra burda y grosera, tendiente a salvar su responsabilidad penal y funcional, y un entorpecimiento gravísimo de la investigación", según el fiscal.
En la causa también está imputado otro efectivo policial, Abel Córdoba, por el delito de violación de medio de prueba, registros o documentos.