El inicio del proceso judicial por el asesinato de Liliana Ledesma se suspendió por segunda vez, por razones de salud del abogado defensor de los hermanos Castedo. El Tribunal de la Sala I de Juicio de Orán hizo lugar al pedido del abogado, y por ende se suspendió el juicio que iba a empezar mañana.
Los acusados son los hermanos Raúl Amadeo y Delfín Reynaldo Castedo, que irán a juicio por instigación de homicidio calificado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas en perjuicio de Liliana Ledesma. Se encuentran detenidos en el Complejo Penitenciario Federal de General Güemes, a disposición del juzgado Federal de Orán y de la justicia provincial.
El Caso
Todo comenzó en el norte de la provincia de Salta, con una gran expansión narco en la frontera con el vecino país de Bolivia. En este contexto, se presionó a Liliana Ledesma, una pequeña productora, y su familia para que dejaran sus tierras, permitiendo la dominación de la frontera narco.
Sin embargo, Ledesma se negó a irse y visibilizó su situación y la de la familia Rojas con los medios de comunicación, contando el apriete que estaban sufriendo, y el no accionar de las autoridades y la justicia. La mujer aseguró que el entonces diputado Ernesto José Aparicio y los hermanos Amadeo y Delfín Castedo eran narcotraficantes, y que si algo le pasaba a ella, ellos serían los responsables.
El 21 de septiembre del 2006, casi un mes después de éstas declaraciones, Liliana Ledesma fue asesinada brutalmente con siete puñaladas, dos fatales. Su boca fue desfigurada con la misma arma blanca, con un tajo vertical desde el labio superior hasta la pera: un claro mensaje mafioso por no haber mantenido el silencio.
La investigación sostiene que la víctima fue conducida a una trampa por la hermana del ex diputado Aparicio, María Gabriela Aparicio. Se cree que ella pasó a buscarla y la condujo al lugar donde fue asesinada por los sicarios de los Castedo, Aníbal Ceferino Tarraga y Lino Abdegar Moreno.
Además de los hermanos Castedo, en el 2010 fueron imputados, hallados culpables y condenados a prisión perpetua por el crimen los involucrados: María Gabriela Aparicio, Aníbal Tárraga, Lino Ademar Moreno y Casimiro Torres; así como también se condenó a 10 años de prisión a Patricia Guerra, y cuatro años de prisión a Juan Moreno.