En la mañana del miércoles, comenzará la primera audiencia en la sala del Tribunal de Orán donde se juzgará a los hermanos Raúl Amadeo Castedo y Delfín Reynaldo Castedo por el asesinato de Liliana Ledesma, ocurrido en 2006.
Ledesma murió en Salvador Mazza, ciudad salteña limítrofe con Bolivia, de siete puñaladas. Además, los sicarios cruzaron con un cuchillo la boca de la víctima en un claro mensaje mafioso.
La mujer había denunciado que los hermanos Castedo y el entonces diputado y ahora fallecido Ernesto José Aparicio, utilizaban las tierras de pequeños productores locales para trasladar cocaína.
El caso
Todo comenzó en el norte de la provincia de Salta, cuando una gran organización narco demandó que Liliana Ledesma, una pequeña productora, y su familia se retiraran de sus tierras para poder dominar la frontera narco con el vecino país de Bolivia.
Ledesma entonces se negó a irse y repudió el bloqueo impuesto por los narcos. La mujer habló sobre su situación y la de la familia Rojas con los medios de comunicación, contando sobre el apriete que estaba sufriendo ella y su familia, y el no accionar de las autoridades y la justicia al respecto. La mujer había asegurado ante los medios que el entonces diputado Ernesto José Aparicio y los hermanos Amadeo y Delfín Castedo eran narcotraficantes: "Si algo me pasa, los responsables son Aparicio y los Castedo", había asegurado la mujer en ese momento.
Casi un mes después de sus declaraciones, el 21 de septiembre de 2006, Liliana Ledesma fue brutalmente asesinada de siete puñaladas, dos fatales, y con la misma arma blanca, le desfiguraron la boca con un tajo vertical desde el labio superior hasta la pera, en un claro mensaje mafioso por no haber mantenido el silencio y haber hecho pública su denuncia.
Según la investigación, la víctima fue conducida a una trampa por la hermana del ex diputado Aparicio, María Gabriela Aparicio, quien pasó a buscarla y la condujo al sitio donde fue asesinada por los sicarios de los Castedo, Aníbal Ceferino Tarraga y Lino Abdegar Moreno.
Delfín Castedo se mantuvo prófugo 10 años, con la complicidad del ex juez Raúl Reynoso, quien llegó a extremos alevosos para mantenerlo fuera del radar cuando en 2013 permitió que otra persona se presentara a declarar en nombre del acusado.
Además de los hermanos Castedo, en el año 2010 fueron imputados, hallados culpables y condenados a prisión perpetua por el crimen de Ledesma, María Gabriela Aparicio, Aníbal Tárraga, Lino Ademar Moreno y Casimiro Torres; a su vez, se condenó a 10 años de prisión a Patricia Guerra y cuatro años de prisión a Juan Moreno.