Mientras cursaba agenda internacional en Nueva York, el presidente Javier Milei buscó concretar una foto con Lionel Messi. Según revelaron, ese pedido se venía gestionando al menos desde hace 20 días, en una operación llevada adelante por Karina Milei, Daniel Scioli y Gerardo Werthein, con la intención de usar la imagen como plataforma política para las elecciones del 26 de octubre.

Sin embargo, el astro del Inter Miami decidió no cumplir con el pedido. Se argumentó que su agenda estaba comprometida —“jugaba a la noche y dejaba la ciudad al día siguiente”— y que evitar involucrarse en cuestiones políticas era parte de su convicción, sobre todo en un contexto de campaña electoral.
La negativa habría generado molestia en el entorno presidencial. Uno de los titulares de la filtración afirma que “la familia está muy caliente” por la insistencia de Milei. Jorge Rial lo reflejó públicamente: “En el entorno de Messi hay mucho enojo por la presión para la foto”.

Desde la AFA no tardaron en reaccionar con dureza. Pablo Toviggino, tesorero del organismo, publicó: “Karina consiguió el 3, pero no llegó al 10. Sigan participando!!! Hay grandes premios. En fin”. Una ironía en medio de la tensión y la repercusión mediática.

El episodio también expuso contradicciones simbólicas: Milei no asistió a la cumbre sobre la candidatura del Mundial 2030 organizada por FIFA y Conmebol en Nueva York, y dejó su ausencia explícita, justo cuando intentaba vincular su imagen al fútbol nacional.

Para el entorno del rosarino, la decisión de no ceder al pedido no sería solo una cuestión de agenda. Ser reconocido como ajeno a la política, evitar símbolos que puedan utilizarse electoralmente y mantener su autonomía deportiva serían motivaciones clave detrás de la negativa.