La cara de Claudio Hugo Lepratti cubre desde remeras hasta murales, asesinado el 19 de diciembre de 2001 en Rosario por la Policía de Santa Fe. La historia de “Pocho” es una de las más emblemáticas entre las de las víctimas de la represión estatal en medio de la crisis social que se desató antes de la renuncia del entonces presidente Fernando de la Rúa.
“¡Dejen de tirar, hijos de puta!”, gritó el militante social desde el techo de la Escuela 756 “José M. Serrano”. En ese momento trabajaba como auxiliar de cocina en el barrio Las Flores y subió alarmado cuando escuchó los disparos que realizaban las fuerzas provinciales en el fondo del establecimiento.
Lepratti quiso proteger a los chicos que estaban comiendo adentro del edificio, pero recibió un escopetazo en el cuello y murió desangrado. Después los policías abrieron fuego de nuevo contra el patrullero en el que circulaban e intentaron simular un enfrentamiento, según la investigación judicial sobre el homicidio en Rosario.
En el marco de la causa sobre el crimen condenaron a 14 años de prisión a Esteban Ernesto Velázquez como el autor del disparo fatal. La sentencia de “Tiki” se dictó agosto de 2004 y tiempo después se sumó a las filas del PRO en Arroyo Seco, donde organizaciones de derechos humanos frenaron su intento de ingresar a la Guardia Urbana Municipal (GUM).
Otros cuatro policías fueron declarados culpables por otros delitos ligados al plan para encubrir el asesinato en barrio Las Flores. Todos ellos están en libertad.
Quién era “El Ángel de la Bicicleta”, asesinado durante la crisis del 2001
Claudio Lepratti tenía 35 años cuando lo mataron. Nació el 27 de febrero de 1966 en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, estudió abogacía en la ciudad de Santa Fe y dedicó la última década de su vida a la militancia los barrios populares de Rosario y la Asociación Trabajadores del Estado (ATE).
“Pocho” llegó a la ciudad después de haber dejado la carrera de seminarista en el Instituto Salesiano de Funes. Primero pasó por Empalme Graneros y luego se hizo una casilla en barrio Ludueña, donde cultivó una relación larga y estrecha con el padre Edgardo Montaldo.
La historia del homicidio de Lepratti inspiró la canción “El Ángel de la Bicicleta”. El tema compuesto por Luis Gurevich se convirtió en uno de los grandes éxitos de León Gieco, que lo grabó y editó en 2005 como parte de su disco “Por favor, perdón y gracias”.
El trabajo social de “Pocho” dejó una huella profunda en Ludueña, la zona de Rosario que eligió como su último hogar. Allí una plaza lleva su nombre y su legado también se trasladó al barrio Tablada, donde a menos de un año de su muerte se inauguró la biblioteca popular que lo recuerda y le rinde homenaje de la misma forma.