Messi: su infancia en Rosario, la relación con Antonela y sus hijos, y su amistad con los Formica

El crack del Barcelona y la Selección también contó por qué su abuela lo “descubrió” como futbolista y la razón por la que las milanesas de su mamá Celia son las mejores.

Messi: su infancia en Rosario, la relación con Antonela y sus hijos, y su amistad con los Formica
Lionel Messi repasó sus inicios en Rosario

Lionel Messi brindó una entrevista exclusiva al diario deportivo Olé, por los 25 años de vida, en la que tocó todos los temas. Entre ellos, revivió sus días en Rosario, los encuentros con sus amigos y familia, el vínculo con su abuela (a la que dedica todos sus goles), las milanesas de su mamá y la relación íntima que mantiene con Antonela Roccuzzo y sus hijos Thiago, Mateo y Ciro.

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Su infancia en Rosario

Con cuatro o cinco años yo ya andaba con la pelota, desde que empecé a caminar. Sí, me acuerdo de mis primeros partidos de Grandoli, en la cancha. Yo tengo hermanos más grandes, primos más grandes y siempre, siempre nos juntábamos a jugar con ellos... La primera pelota exactamente no me acuerdo, pero sé que desde muy chiquito andaba con la pelota y a los cuatro empecé a jugar en el club, y en la calle todo el tiempo.

Su abuela, la descubridora

Estaba jugando con uno de mis hermanos o mis primos, y pasábamos todos los días, porque somos de diferentes edades y de diferentes categorías. Y en el medio jugaba la 86, que son un año más grandes que yo. Justo faltaba uno y mi abuela le empezó a decir al técnico, al que conocía de toda la vida, “metelo a este”. “No, qué lo voy a poner, mirá lo chiquito que es, estás loca, le van a hacer mal”, y ella le decía “metelo, metelo”. Se ve que entré, que hice un par de cosas y a partir de ahí... Volvió mi abuela y le dijo: “Comprale botines, que la semana próxima lo llevo a entrenar”. Y ahí arrancamos, ahí arrancamos. Fue una época espectacular porque la familia iba siempre los fines de semana, nos pasábamos todo el fin de semana en el club.

Los regresos a Rosario en aquella época

(De chico) siempre volvía llorando de Rosario, no me quería ir. Pero a la vez quería venir acá a Barcelona para seguir haciendo lo mismo. Sabía que después pasaban seis meses para volver a estar ahí, compartir todas esas cosas. He perdido muchas amistades porque entonces era muy difícil la comunicación. Hoy cualquier chico de 13 ó 14 años está con un teléfono y en esa época no pasaba. Y más allá de Argentina, era muy difícil... era por mail o por llamado. Y después se va perdiendo todo eso. Es muy difícil mantenerlo. Y he dejado de hablarme con mucha gente por el tema de la comunicación, de la distancia.

Messi con sus amigos de la categoría 87 de Newell's.
Messi con sus amigos de la categoría 87 de Newell's.

Sus amigos de Rosario

Tengo algunos del barrio con los cuales pude mantener la relación. Con ellos hablo del día a día y también del fútbol. Algunos tengo de los que conozco de chiquito, con otros retomé y volví a comunicarme después de muchos años. Que también es lindo reencontrarte con gente después de tanto tiempo. Mi infancia en la Argentina fue espectacular. Era otra época también, vivíamos de otra manera. El chico en Argentina vivía de otra forma también, distinta de lo que pasa hoy. Y la verdad que lo disfruté mucho.

Sus amigos los Formica

Yo al Laucha (Lautaro Formica) lo conocía de Newell’s. Él es ’86 y nos veíamos siempre. Y además, siempre estaba la pica entre la ’86 y la ’87, de cuál era mejor equipo. Y ellos también tenían un equipazo. Tanto al Laucha como su hermano, el Gato (Mauro Formica), también lo conocía... Conocían a toda la familia y ellos conocían a la mía. Y el Laucha iba siempre a la Selección, creo que desde la Sub 15 estuvo ahí, y pasó por todas. Y en esa época estaba en el Sub 20 y le preguntaron por mí, y cuando llegué al Sub 20 me ayudó mucho a integrarme. Porque ese grupo ya venía hace tiempo trabajando y yo llegaba como nuevo. Y tener el apoyo de él en ese momento fue importante.

La relación con Antonela y con sus hijos

Por ahí algún reclamo hay porque no salimos tanto, pero bueno, los chicos también te marcan la rutina. A mí me encantan las rutinas y el hecho de ir a buscarlos a la tarde, de hacer algo con ellos. Comer temprano, acostarnos temprano. Eso me gusta y es más o menos lo que hacemos.

Messi junto a Lautaro Formica, de Estudiantes, en el casamiento de "Leo". (Instagram Lautaro Formica)
Messi junto a Lautaro Formica, de Estudiantes, en el casamiento de "Leo". (Instagram Lautaro Formica)

Su visión de Argentina

A mí de chico no me faltó nada porque mi viejo trabajaba todo el día. Y quizá no estaba nunca para que no nos falte nada. Y hacía horas extras y laburaba más. Pero también he tenido amigos que vivían en una villa, que no tenían para comer, no tenían luz, no tenían agua. También lo viví de cerca eso. A mí me encanta ir a Rosario, estar con mi gente. Por ahí reencontrarme con amigos, familiares, comer asados con ellos, juntarme. No sé, quizás el hecho de irme tan chico también y no haber disfrutado de todo como a mí me hubiese gustado, del país o de mis amigos, hace que quiera seguir volviendo, que quiera estar ahí. También es verdad que cada vez que voy es muy poco tiempo y pasa rapidísimo.

Mi familia, mis amigos que están ahí. Son momentos donde la familia se junta por completo también. La familia de Antonela, tiene todos sus familiares en Argentina. Es donde me junto con mi infancia, me vienen muchos recuerdos de mi infancia, tanto del barrio como de la ciudad. El solo hecho de estar en Rosario ya para mí es recordar eso y me gusta.

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La comida

Yo puedo zafar cocinando, pero no soy de hacer asado, me gusta más acompañar. Mi viejo es el encargado. Me encanta comer milanesas, comí muchísimas muy buenas, pero la de mi mamá por ser la primera es distinta. Tal vez por la salsa que va arriba. Otros las probaron y terminan diciendo que es verdad. Y nada, eso, es la que comí de chico, comí más seguido y viste que las salsas no son todas iguales.