En medio de la tristeza por la muerte de Silvina Luna, vecinos de Rosario la recordaron: “Era una nena cariñosa”

La mujer, oriunda de Santa Fe, falleció el jueves 31 de agosto tras una intensa lucha contra la mala praxis del cirujano Aníbal Lotoki.

En medio de la tristeza por la muerte de Silvina Luna, vecinos de Rosario la recordaron: “Era una nena cariñosa”
Silvina Luna falleció el jueves 31 de agosto, a los 43 años, y su ciudad natal la recordó con melancolía.

El pedido de justicia por Silvina Luna nunca resonó tan fuerte como el pasado 31 de agosto, cuando la actriz finalmente falleció como consecuencia de la mala práxis de Aníbal Lotoki. Sus vecinos rosarinos, de donde ella es oriunda, la recordaron con angustia y se remontaron a su niñez.

La nostalgia invadió a todos aquellos que conocieron a la modelo, pero este sentimiento golpeó muy fuerte sobre todo en sus tierras natales: Santa Fe. Sus primeros años de vida los pasó en la ciudad de Rosario, sobre la calle Garibaldi al 500.

Aquella niña, que soñaba con ser famosa, creció en una casa de pasillo junto a su familia. Distintos vecinos de ella hablaron con El Tres llenos de nostalgia, y la recordaron como “una nena divina” que solía salir de compras con su madre y andar en bicicleta por la cuadra.

Silvina Luna nació en la ciudad de Rosario, Santa Fe, en 1980.
Silvina Luna nació en la ciudad de Rosario, Santa Fe, en 1980.

Con tan sólo 17 años, Silvina se fue a vivir a Buenos Aires, y desde entonces su nombre se hizo cada vez más conocido. Pero el salto más importante -aquel puntapié a su fama- lo dio cuando ingresó a Gran Hermano 2, una edición totalmente exitosa en el país.

Silvina Luna de pequeña.
Silvina Luna de pequeña.

Tiempo después, Luna regresó a sus tierras natales. Ya de grande y más consolidada en el mundo del espectáculo, en donde se proyectaba desde chica, volvió a recorrer esas calles que la vieron crecer, y todos coincidieron en que era “una buena mina”.

Dulce, cariñosa y guerrera: vecinos de Rosario recordaron a Silvina Luna y pidieron justicia

Era lo más dulce que había en el barrio. Una nena buena, dada y cariñosa, le hacía caso a la madre aunque había veces en que hacía sus travesuras de chica. Se va a extrañar un montón, pueda ser que se haga justicia”, recordó una mujer que vive por el barrio y solía cuidarla cuando su mamá trabajaba.

Por su parte, otro vecino la calificó como “una chica divina”. Durante las mañanas, este la veía pasar con su madre cuando iba a hacer los mandados. “¡Tenía unos rulos! La cargábamos y le decíamos ‘¿Por qué no me regalas tus bucles?’. También unos ojos celestes divinos”, añadió.

“Hasta el último momento fue una guerrera luchandola”, añadió la mujer del primer testimonio, asegurando que Luna no se merecía el final que tuvo. Luego, añadió: “Espero que su mamá la esté esperando allá arriba con los brazos abiertos”.