“Tengo 47 años. Yo sé quién vive acá y quién no”, dijo Dora este jueves cuando le preguntaron quiénes cometieron el doble crimen en el que hirieron a un nene de 9 años y a su hijo en la zona norte de Rosario. El día después de la feroz balacera, contó que a los jóvenes “los acribillaron como chanchos” y que eran “inocentes”.
La mujer que vive en inmediaciones de Cavia al 1300 conocía a Kevin Mora y Leonel Segovia desde que nacieron. Ambos habían salido de trabajar y caminaron una cuadra para “ir a tomar una gaseosa y fumarse un porro”.
“Este es un lugar de chicos después de la salida de la escuela”, explicó la madre del único joven herido que sobrevivió. Así explicó la presencia de Francisco, el niño que se encuentra internado en estado crítico y con asistencia mecánica respiratoria como resultado de la balacera.
Dora remarcó que quienes mataron a Kevin y Leo no viven en la zona cercana a El Churrasco. En este sentido agregó que ni ellos ni su hijo tienen relación con la venta de drogas y enfatizó: “Mi hijo fuma porro, más que eso no consumen. Estos vinieron para otra cosa”.
“Francisco llegaba, agarraba su bicicleta y andaba por todos lados. Ahora tenemos que estar esperando que mejore, se lamentó la mujer sobre el nene alojado en el Hospital de Niños Zona Norte. Por otra parte, se mostró confiada en que su hijo se recuperará en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca).
“Vinieron y fue una masacre”
De acuerdo al relato de la vecina sobre el doble crimen, el principal protagonista del asesinato fue un muchacho que llegó en motocicleta junto con un auto en el que iban otras personas. “Vinieron y fue una masacre lo que hicieron”, comentó.
La mujer sostuvo que los asesinos usaron una ametralladora. Además señaló que uno de los agresores se plantó en el lugar y “tiraba contra todos” durante el ataque. “Vengan, putos”, gritaba.
Dora recordó que vio pasar a un grupo en dos motocicletas antes de que empezara la balacera, una enduro roja y blanca y otra negra. De inmediato se dio cuenta de que no eran del barrio y le dijo: “Corré porque algo van a hacer, andan armados”.
Poco después, escuchó los disparos y fue al lugar donde cayeron heridas las víctimas. Allí vio tendido a Francisco, que fue trasladado por familiares y permanecía internado con un seguimiento “minuto a minuto” de los médicos.