Un policía pasado a disponibilidad falleció este sábado luego de un ataque a balazos en barrio Ludueña. El uniformado de 37 años estaba fuera de servicio y fue una de las víctimas de un doble crimen en la zona oeste de Rosario, donde los ejecutaron a plena luz del día.
Fuentes oficiales confirmaron que Sebastián Eduardo Ibarra (37) murió a las 15 en el Hospital Carrasco. Una hora antes estaba frente a su casa de Vélez Sarsfield al 5200 junto a Iván Nicolás Ferreto. En ese momento, un grupo de personas llegó hasta el lugar en un auto y una moto y comenzaron a dispararles.
El doble homicidio a la altura del cruce con pasaje Charrúa fue implacable. A menos de dos cuadras de la Plaza Claudio “Pocho” Lepratti, los agresores abrieron fuego casi una decena de veces y después escaparon a bordo de diferentes vehículos.
A diferencia del policía asesinado, el joven de 23 años fue trasladado al Hospital Centenario. Según el Ministerio Público de la Acusación (MPA), falleció alrededor de las 16 por las heridas que sufrió en el ataque.
Los investigadores recogieron ocho vainas servidas en la escena del doble crimen. Si bien el fiscal Patricio Saldutti obtuvo la descripción del auto y la moto, mantuvo bajo reserva la descripción. En primera instancia, las autoridades no lograron identificar a los tiradores.
Un hermano policía que también fue asesinado
El uniformado asesinado este sábado en barrio Ludueña había sido pasado a disponibilidad hace dos años. Poco después mataron a su hermano menor en barrio Godoy. La investigación derivó en la condena a un hijo de Ariel Máximo “Viejo” Cantero, exjefe de “Los Monos”.
Cristian Ezequiel Ibarra murió a los 28 años. Fuentes consultadas por La Capital señalaron que era familiar directo de Sebastián y también prestaba servicio en la Policía de Santa Fe. La noche del lunes 22 de julio de 2019, lo ejecutaron dentro de su Peugeot 308 en el cruce de Larralde y Dean Funes. En el cráneo tenía 12 orificios de bala.
En el marco de la pesquisa para esclarecer el homicidio, la Fiscalía detectó que el agente suboficial estaba involucrado en la venta de drogas y lo asesinaron como parte de una disputa territorial. A principios de 2020, Ariel Maximiliano “Chanchón” Cantero aceptó su responsabilidad como coautor del crimen y acordó una condena a 14 años de prisión.
Tres meses después de esa resolución, la misma investigación derivó en la captura de Andrés Bracamonte, jefe de la barra brava de Rosario Central. A “Pillín” lo imputaron por lavado de activos en una causa diferente y el fiscal Miguel Moreno señaló una conexión con “Guille” Cantero, líder de “Los Monos”.