El proceso penal sobre la muerte de Carlos Orellano se acerca a su final en Rosario. En el último paso previo al juicio se admitieron los pedidos de condenas de hasta 19 años de prisión para cuatro personas imputadas por el fallecimiento de “Bocacha”. Todas están bajo sospecha por homicidio simple con dolo eventual.
De acuerdo a la resolución dictada este lunes, el encargado de seguridad de Sr. Ming River House continuará privado de su libertad hasta que empiece el debate oral y público. Claudio Maidana fue señalado como uno de los responsables del fallecimiento del joven de 24 años que fue a bailar a La Fluvial y cayó al río Paraná la madrugada del 24 de febrero de 2020.
En el caso del jefe de los patovicas del boliche, el fiscal Patricio Saldutti pidió una condena a 17 años de prisión efectiva. La misma pena solicitó para Emiliano López, que trabajó en el lugar esa noche entre el personal a cargo de vigilar los accesos y el interior del local.
De acuerdo a la investigación del Ministerio Público de la Acusación (MPA), a Orellano lo echaron de Sr. Ming y le pegaron fuera del boliche. Cuando quedó rodeado en el muelle 3, saltó las barandas de protección y cayó al agua. Su cadáver salió a flote dos días después a la altura de la disco.
Aparte de los patovicas, la Fiscalía sostiene que una pareja de policías intervino en esa secuencia. Gabriel Nicolossi está bajo prisión preventiva, mientras que Carina Gómez se encuentra bajo arresto domiciliario. En ambos casos, Saldutti solicitó una condena a 19 años de prisión por otros delitos además del homicidio simple con dolo eventual.
De acuerdo a la teoría del caso, los uniformados estuvieron junto al personal de seguridad cuando “Bocacha” cayó al río. Si bien llamaron a Prefectura Naval y al 911 a las 5.30 de la mañana, no contaron el encuentro previo en el muelle con el joven de 24 años.
Nicolossi y Gómez fueron a Sr. Ming a prestar servicios adicionales y se retiraron sin documentar lo que había ocurrido ni dar aviso al MPA. La Fiscalía sostiene que además mintieron en el acta de procedimiento posterior, ya que dijeron haber visto a Orellano recostado del otro lado de la baranda de protección antes de su desaparición.