En menos de una semana, Lionel Messi recopiló un nuevo álbum de recuerdos imborrables y muchos regalos como campeón mundial. Este domingo, Newell’s confirmó lo que toda la hinchada esperaba: Maxi Rodríguez fue a saludar al capitán de la Selección Nacional y le dio la nueva camiseta oficial en la mano.
Tal como lo hizo con Lionel Scaloni en la entrega de los premios The Best, la “Fiera” volvió a vestirse de embajador rojinegro y cumplió con creces. La estrella de París Saint-Germain (PSG) lo recibió y se quedó con el último modelo de la casaca del club de sus amores.
Aunque no es el primer obsequio ni el último, Leo exhibió su sonrisa más ancha a la hora de enfrentar a la cámara. Así posó con la camiseta que lleva su apellido y el número 10, un gesto que alimenta el sueño imposible de verlo jugar vestido así.
“De la escuela de Newell’s al mundo. ¡Puro orgullo leproso!”, se jactaron en el Parque de la Independencia cuando publicaron la foto. De esta forma revelaron el regalo que Maxi Rodríguez le llevó a su excompañero de la Selección Nacional.
Apenas unos minutos más tarde, la “Fiera” replicó la publicación del club en redes sociales. En cuestión de minutos, el operativo clamor se reabrió online como en muchas otras ocasiones. Como de costumbre, no hay pruebas de que Leo quiera jugar en la Lepra. Al mismo tiempo, tampoco quedan dudas de su amor innato por los colores.
Lionel Messi y el sueño de Newell’s
Nacido en Rosario el 24 de junio de 1987, Lionel Messi jugó al fútbol en Newell’s cuando era niño. Una vez que la familia detectó un déficit de la hormona de crecimiento, pidió que el club ayudara a costear el tratamiento costoso que requería. El fallecido expresidente Eduardo López se negó y también impidió que River se lo llevara para hacerlo.
A pesar de aquel mal trago, Leo nunca perdió la pasión leprosa. Ya sea en Barcelona o en París, siempre está latente. Durante sus últimas vacaciones de verano en Funes, estuvo con el director técnico Gabriel Heinze y la magnitud del reencuentro quebró el secretismo habitual en torno a los días de descanso de la “Pulga”.
De aquella reunión no quedó rastro alguno para alimentar la ilusión de los hinchas. Hace poco, una balacera en el supermercado de la familia de Antonela Roccuzzo arruinó por completo el panorama, ya que amenazaron a Messi y le dijeron con un cartel anónimo: “Te estamos esperando. (Pablo) Javkin es narco, no te va a cuidar”.