“No puedo creer que ya no te tengo. Qué rápido pasa todo”, escribió Soledad Pastorutti este lunes en una publicación de redes sociales. De esta manera anunció la muerte de Valeria Zacchino y aseguró: “De ahora en mas serás mi abuela eterna, la que me marcó con fuego, amor infinito”.
La cantante santafesina compartió una mala noticia familiar que tuvo eco rápidamente entre su público. Y no es para menos, ya que la mujer de 92 años fue protagonista de uno de los temas estelares de “Parte de mí”, el álbum editado en 2020.
La nonna de la “Sole” fue más que una figura inspiradora en la música. La estrella oriunda en Arequito comentó al respecto: “Cómo no agradecer tu hogar de puertas y ventanas abiertas, tu comida multiplicada, tu generosidad siempre y para todos”.
¿Cómo fue la historia de Valeria Zacchino, la abuela de Soledad Pastorutti?
Valeria Eugenia Zacchino nació en 1932 y su historia de vida comenzó en Casilda, casi 50 kilómetros al oeste de Rosario. Una vez que se casó, se fue de la ciudad y se mudó a un campo de Los Molinos, a mitad de camino hacia el pueblo natal de la cantante.
El matrimonio del abuelo materno de Soledad tuvo una particularidad. El hermano de Pascual se convirtió a su vez en el marido de Angelita, la hermana mayor de su esposa. Así, las dos parejas vivieron juntas durante un tiempo.
“Vos te elegiste al más jovato”, dijo la cantante cuando escuchó el relato en el rodaje de un video de cocina. Mientras compartía los secretos de su receta de fideos con salsa, la mujer lo negó y le retrucó a su nieta: “El más canchero, con más experiencia”.
Después del fallecimiento, la artista compartió una serie de semblanzas de la vida familiar en Arequito y Los Molinos. De esta manera recordó la sombra del sauce donde la nonna y Pascual tomaban mate dulce, los domingos de pastas y el camino de tierra que recorría en bicicleta para ir a visitarla.
“En este breve adiós agradezco con el alma haberte tenido, deseando volver a encontrarte algún día”, escribió la “Sole” en redes sociales. A continuación, concluyó: “Voy a extrañarte tanto que hasta en el silencio sentiré tu voz”.