Este miércoles se conoció la noticia de que 20 trabajadores quedaron en la calle por el cierre de la fábrica de indumentaria La Mar, que ahora avanzaría bajando las persianas de sus cuatro locales comerciales. Lejos de ser un caso aislado, se trata de una crisis generalizada del sector, ya que son más de 200 los comercios de ropa que dejaron de funcionar en lo que va del año en el Gran Rosario. Además, el 70% de las industrias trabaja con capacidad ociosa.
"Hoy estamos sufriendo una crisis total en el sector de la indumentaria, con un crecimiento del 30% en los despidos, 30% en las suspensiones y con una capacidad ociosa del 70%", manifestó Mario Giambattistelli, titular de la Cámara Industrial de la Indumentaria Rosario (Cidir).
Al cierre de La Mar le sumó el concurso preventivo en el que ingresó Sólido, y la crisis de Tipoití, la firma más grande del país en la materia, que tenía más de 700 empleados a nivel nacional. "Si a eso se le agregan los problemas de las pymes y mipymes, que componen el 90% del sector en la región, se percibe que la situación es catastrófica", sostuvo en diálogo con Vía Rosario y agregó que muchos talleristas "están vendiendo sus máquinas porque no les llega trabajo".
A este contexto se llegó a partir de una combinación de factores, como la gran apertura importadora, los bestiales y continuos incrementos tarifarios y la brusca caída del mercado interno. "Las ventas en general bajaron 9,7% en el último mes, pero en ropa cayeron 12%", remarcó.
Pero además remarcó una particularidad que están notando en la Cedir. "Hay tres marcas que están vendiendo indumentaria muy bien hecha a precios imposibles, por debajo de todo tipo de costos", destacó y agregó que ni siquiera con trabajo esclavo sería posible lograr esos precios.
"Tienen valores inferiores al precio de los materiales. Ahí sospechamos que hay plata en negro que se está blanqueando de alguna forma", mencionó y se refirió concretamente a marcas que funcionan en Echesortu, el centro y cerca de la Terminal de Ómnibus Mariano Moreno.
Por último señaló que hasta noviembre ya llevaban contabilizados más de 200 locales de indumentaria que bajaron sus persianas en Rosario y alrededores, y teme que el cuadro se agrave. "Todos los días no llaman los dueños de esos espacios ofreciendo alquilarlos sólo para que se los mantengan pero no hay interesados", cerró.