La Bajada, el barrio donde nació Lionel Messi, se llenó de murales en su nombre, realizados por artistas nacionales e internacionales. Las intervenciones se extenderán hasta el domingo.
La mirada de Lionel Messi está estampada en el pasaje La Bajada. Unos metros más allá, la figura de la Pulga, de niño, sostiene un pincel entre sus manos, en una imagen que queda eternizada junto a unos rayones que, dicen en el barrio, el propio Lio dejó marcados en alguna tarde de su infancia.
Apenas a una cuadra de allí está la casa donde creció. Una vecina pasa y cuenta que el astro rosarino "molestaba todos los días con la pelota, nos rompía todos los vidrios". Se ríe sin ocultar que detrás de la anécdota hay orgullo. Hay rastros del 10 de la selección por todos lados. Y ahora más, con la pintada de 32 murales que embellecerán las paredes del vecindario.
Los mismos se llevan adelante en el marco del primer Encuentro Internacional de Muralismo y Arte Público "El Futuro está en Juego", organizado por el Movimiento Internacional de Muralistas (MIM) Ítalo Grassi, junto a vecinos del barrio con el auspicio de la Municipalidad de Rosario y el Gobierno de la Provincia de Santa Fe.
Los murales se extienden en un radio comprendido por las calles Uriburu, Juan Manuel de Rosas, Ayacucho e Ibáñez, legando así un auténtico museo a cielo abierto en las calles que fueron testigos del nacimiento de una leyenda.
El año pasado los vecinos del barrio quisieron homenajear a Messi con un mural dedicado a su persona. En esa oportunidad, confiaron la tarea a Lisandro Ramón Urteaga, quien es delegado por Santa Fe del MIM.
Aquel primer deseo de plasmar la figura de la Pulga en el barrio de su infancia fue la chispa que encendió la idea de esta iniciativa histórica que eternizará en las paredes de la zona sur la mística de numerosos artistas de proyección internacional.
"Es una locura, estamos felices", expresó Julia Martínez, vecina del barrio. En una pared de su casa y del quiosco de la esquina de Estado de Israel y Juan Manuel de Rosas está alumbrándose uno de los tantos murales que embellecerán el barrio. "Messi es todo, él es conocido en todo el mundo y que salga de acá es un orgullo, ojalá que venga cuando pueda y se sienta orgulloso de las cosas que estamos haciendo en el barrio", agrega.
Graciela Molina lleva varias décadas en el barrio, tiempo suficiente como para recordar cuando el pequeño Lionel pasaba por su cuadra de la mano de su abuela que lo llevaba a jugar al fútbol. “Estaba siempre con la pelota, me acuerdo que el vecino de la esquina lo corría y le quitaba la pelota, pobrecito”, cuenta. En la cuadra de su casa están pintando un mural. “Me parece hermoso porque lo reaviva al barrio, lo pone lindo”, dice y sostiene que “se lo merece al homenaje, demasiado pasó cuando era chiquito”.