Crecieron exponencialmente los casos de rescisión de contrato de alquiler de vivienda porque inquilinos no pueden hacer frente a los incrementos previstos para el segundo año. También subieron las denuncias por exigencias desmedidas de las inmobiliarias a la hora de devolver las llaves.
El 2017 cerró por segundo año consecutivo con el área de Vivienda e Inquilinos como el rubro con mayor cantidad de quejas en la Oficina de Defensa al Consumidor. Concretamente se registraron más de 7 mil reclamos, lo que implica un crecimiento del 77% respecto al año anterior.
Ariel D'Orazio, coordinador del Consejo Asesor de Vivienda en la Oficina del Consumidor, detalló cuáles fueron los mayores inconvenientes recabados. "Antes nos llegaban reclamos por la falta de gas o problemas de humedad, pero ahora es alarmante la cantidad de gente que viene a consultar para rescindir el contrato de alquiler porque no puede pagar lo exigido para el segundo año", apuntó en diálogo con Vía Rosario.
Si bien todavía faltan terminar de procesar los últimos datos, las indexaciones entre uno y otro año van del 30% al 35% de aumento, varios puntos por encima de cualquier índice inflacionario. "También a quienes tienen que renovar el contrato les piden un 35% más en relación a lo que venían pagando", dijo y añadió que la situación es sumamente preocupante.
Pero los problemas no terminan allí, ya que muchas inmobiliarias buscan exprimir hasta el último minuto a los inquilinos. "Como las inmobiliarias son juez y parte, te dicen que te dan una propiedad excelente pero después tienen enormes exigencias a la hora de recibirla de vuelta", criticó.
D'Orazio contó el caso de una persona a la que le solicitaron $13 mil para pulir el piso por un supuesto "mal uso". En otros casos exigen varias manos de pintura más de las necesarias. "Muchas veces el deterioro no tiene que ver con un mal uso sino con el mero paso del tiempo, pero intiman a los inquilinos con no liberar a los garantes si no lo hacen", explicó.
Para conocer a ciencia cierta las problemáticas, y frenar con estos abusos, la Federación de Inquilinos Nacional lanzó la primera encuesta a inquilinos argentinos. "En 2008 el Indec dejó de medirlo y desde entonces no hay estadísticas oficiales, lo que vuelve imposible adoptar políticas públicas para el sector", dijo D'Orazio.