"Un joven rescatado del consumo problemático es alguien menos haciendo daño al resto", argumenta Adriana Abaca a la hora de explicar el objetivo de quienes le dan pelea a la adicción a las drogas en diferentes puntos del país.
Luego de viajar a San Juan para exponer durante el segundo Congreso Internacional en Prevención de Adicciones, la mujer que sufrió múltiples amenazas por denunciar a los narcotraficantes de su barrio subraya que "lamentablemente son cada vez más los chicos judicializados" por consumo de estupefacientes.
Actualmente Abaca encabeza un grupo de diez madres y otras tantas en la vecina localidad de Oliveros. El avance más reciente en su trabajo fue la articulación con el Madres Contra el Paco y Organizaciones Sociales Contra las Adicciones. Desde este espacio se lanzó este año una red con referentes de otras seis provincias bajo la sigla Unife (Unión Federal).
Sonia Mariel López, de Corrientes, y Héctor Molina, de Buenos Aires, fueron los encargados de poner en marcha el proyecto desde la Fundación Mancomunydad y establecer el nexo con los organismo estatales.
"Recibimos capacitación para las madres que conformamos Unife y becas para internación en el caso que fuera necesario", explica Abaca en contacto con Vía Rosario sobre el aporte de la Sedronar. Sin embargo, remarca que aún no cuentan con un espacio físico y realizan un "trabajo itinerante".
Entre los lazos relevantes para el trabajo diario también se destaca la Aprecod (Agencia de Prevención del Consumo de Drogas y Tratamiento Integral de las Adicciones) de Santa Fe, la cual "se encarga de la asistencia a los chicos que luego son derivados a los centros de día" y también de los casos más graves.
En cuanto a los jóvenes en conflicto con la ley penal, la referente local de Unife adelantó que "se está trabajando desde el Ministerio de Justicia de la Nación con los que se denominan Tribunales de Drogas o, como se los llama en Chile, Justicia Terapéutica".
"Aquí en Argentina, en Salta esto viene funcionando hace varios años con óptimos resultados. Los chicos judicializados no sólo reciben la pena por el delito cometido sino también la asistencia terapéutica necesaria para su reinserción en la sociedad", detalla Abaca.