Primero fueron las rajaduras en el terreno, y pese a que las inspecciones municipales indicaban que no había peligro, sobrevino el derrumbe al día siguiente. Así, el el tradicional club MItre, uno de los pocos espacios para hacer un asado pegado al río sobre la costa central, sufrió un fuerte golpe, que no obstante no es un impedimento para que siga funciones.
Desde la entidad que promueve principalmente la pesca deportiva salieron este lunes a aclarar que el desprendimiento afectó a un 25 por ciento el terreno y que el resto del predio no sufrió problemas. En total fueron unas 18 las mesas de hormigón que terminaron en el agua.
"La capacidad para recibir a los socios que vienen a pescar, está intacta y para los visitantes ocasionales también hay lugar", mencionó Miguel Escudero, presidente del club. Lógicamente las actividades en la entidad, como en todos los clubes, hoy está suspendida por las medidas de aislamiento para prevenir el avance del coronavirus.
Sobre cómo fue que se toparon con las fisuras, Escudero relató que la semana pasada "realizábamos tareas de desmalezamiento para prevenir el dengue a partir de un permiso especial el área de Parques y Paseos de la Municipalidad y allí fue que registramos el desplazamiento".
Lo curioso del asunto es que los técnicos de la intendencia que inspeccionaron el viernes el lugar aseguraron que no había riesgo de desprendimientos, pero al día siguiente finalmente se produjo el derrumbe.