Organismos de derechos humanos repudiaron este fin de semana la orden de arresto domiciliario para Lucio César Nast, condenado a 22 años de prisión por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura. El "Ronco" es le segundo represor rosarino que accede a esta morigeración desde que se decretó el aislamiento social, preventivo y obligatorio por coronavirus.
El fallo dividido de la Sala II de la Cámara Nacional de Casación Penal tomó estado público a última hora del viernes tras la audiencia en la que se revirtió la decisión adoptada el 3 de abril por el Tribunal Oral Federal 2 de la ciudad. A partir de la apelación el defensor Gonzalo Miño, los jueces Guillermo Yacobucci y Carlos Mahiques habilitaron el traslado desde el penal de Ezeiza en medio de la epidemia y argumentaron que el recluso "presenta diversos y complejos problemas de salud". Alejandro Slokar, en cambio, planteó su disidencia a la hora de analizar el caso.
Representantes regionales de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) advirtieron la "notoria ausencia de fundamentos" para permitir que Nast vaya a vivir con su hija y la familia de ella. Por su parte, la grupación Hijos Rosario expresó: "El único lugar para un genocida es la cárcel".
El expolicía de 66 años fue parte del Servicio de Informaciones (SI) durante la última dictadura militar y su situación no es la única que fue tratada en Casación. Frente a la propagación del COVID-19, en esa instancia este mes también se autorizó el arresto domiciliario de Walter Pagano, condenado dos veces a prisión perpetua.
Fotografía: Andrés Macera.