Sentados en una de sus nuevas camas después de semanas difíciles y el trauma que significó haber quedado a la deriva en un bar, los abuelos abandonados en Rosario afirmaron este lunes que quieren reencontrarse con el hijo que los abandonó y que "lo oscuro ya pasó".
"Hugo querido: estamos bien, te queremos mucho y te extrañamos. No te asustes, vení", expresó Hilda González en un reportaje televisivo en el que se mostró sonriente y más de una vez se esforzó en contener las lágrimas.
Acompañada por su marido después de instalarse una de las habitaciones del Hogar Español, la anciana cuya historia conmovió al país le dijo a Telefe Rosario que aceptó de inmediato la propuesta para mudarse. "No lo pensé mucho, vinimos y vimos que era lindo. Nos acordábamos que vivimos Viamonte al 2900, cerca de aquí", comentó sobre la visita previa.
A pesar de la difícil situación que vivió a principios del mes pasado, el matrimonio desalojado se mostró contento y con ganas de recomponer la relación con el hijo con el que vivían hasta que fueron desalojados. No obstante, la mujer no pudo evitar la angustia al repasar esa escena y admitió al borde del llanto: "Dejar la casa es muy triste. Perder lo de tanto tiempo es algo muy fuerte pero juntándonos él y yo, todo va".
En vísperas de la primera noche de descanso en el establecimiento de Avellaneda y Uriburu, Hilda también se mostró ilusionada por las nuevas puertas que se les abrieron tras el calvario. Así destacó la chance de viajar otra vez a Capilla del Monte, una invitación que les permitirá revivir su luna de miel después de aquel 7 de marzo en el que se casaron.