A casi seis años de la explosión fatal en Santa 2141, que dejó 22 muertos, finalmente este martes el tribunal integrado por los magistrados Rodolfo Zvala, Carlos Leiva y Marcela Canavesio dictó la sentencia por el delito de estrago culposo agravado contra los imputados a 57 días de la primera audiencia. Solo el gasista Carlos García fue condenado a cuatro años de prisión.
García estaba imputado junto a su ayudante, Pablo Miño, por la fallida reparación del regulador del inmueble. En cuanto a la responsabilidad de la distribuidora Litoral Gas, respondieron a las acusaciones contra la gerente técnica Viviana Leegstra, el jefe de inspectores Claudio Tonucci y dos de ellos: Guillermo Oller y José Luis Curaba. En la nómina se incluyen Norma Bauer de Calvillo, Mariela Calvillo y Carlos Repupilli, vinculados a la administración del consorcio del edificio. Todos ellos resultaron absueltos.
Durante la lectura del fallo se conoció que el único condenado fue García, quien recibió una pena de cuatro años. El resto de los procesados fueron absueltos por insuficiencia probatoria. La noticia generó gran descontento en las familias de las víctimas que consideraron que "el hilo se cortó por lo más fino", y el que sentenciado fue el "chivo expiatorio".
La familia de Débora Gianángelo, estudiante de derecho oriunda de Arteaga, fue la única constituida para participar formalmente en el juicio a la par de los funcionarios públicos. Tanto la Fiscalía como la querella habían coincidido en reclamar la pena máxima de cinco años de prisión en los alegatos de cierre del proceso oral y público. Sin embargo, el Ministerio Público de la Acusación (MPA) excluyó del pedido al primer gasista imputado, José Luis Allala, y a Gerardo Bolaño, uno de los tres reclamistas involucrados.