La insólita historia del ladrón que tras un robo intentó escapar de la mano de una vecina, y hasta se dio el lujo de hablar con los medios, sumó un nuevo capítulo. Es que ahora el delincuente indicó que fue la señora que lo acompañó quien ideó el plan para cubrir su fuga. Fue imputado y recibió prisión preventiva.
El relato parece de ficción, pero es real y tomó trascendencia nacional. Ocurrió en la tarde del jueves, cuando un muchacho ingresó armado a un local de ropa de Rioja y Presidente Roca, pleno centro rosarino, y tras asaltar a las encargadas y clientas, intentó escapar por el edificio que conecta con el fondo del local.
Luego de que llegaran tres patrulleros y no menos de ocho efectivos policiales se introdujeran en el comercio, el malviviente salió de la mano de una mujer, de quien dijo ser su nieto, y declaró ante los medios presentes no saber nada de lo que había ocurrido "porque estábamos durmiendo la siesta". Sin embargo fueron los periodistas los que descubrieron el ardid y el ladrón terminó detenido.
Este viernes se llevó adelante la audiencia en la que se lo imputó por robo calificado y privación ilegítima de la libertad. El juez José Luis Suárez convalidó estos pedidos y determinó la prisión preventiva por el plazo de la ley. Pero lo más jugoso de la jornada fue la declaración que hizo el delincuente, y que involucra a la señora con la que salió de la mano.
En las declaraciones que hizo a los medios no quedaba del todo claro el rol de la mujer, ya que parecía convalidar las declaraciones del malviviente y no lo contradecía. En principio se pensó que era porque estaba amenazada, sin embargo ella misma señaló luego a la policía que el joven no la maltrató y hasta llegó a decir que "es un buen chico".
Tras la audiencia, la defensora pública encargada de la defensa del joven, Maricel Palais, indicó que –de acuerdo a la versión del muchacho- esta mujer en realidad es amiga de su verdadera abuela, y agregó que fue ella la que ideó el plan de escape.
"Él la conoce, la llama 'Chicha'. Según su versión, fue ella la que le pidió que se quedara un rato más en su departamento hasta que se fuera la policía. Le dio un bolso para que pusiera su ropa, y se prestó a acompañarlo a la casa de su verdadera abuela, con quien vive el joven, y que queda en el barrio", detalló Palais.
La intención de este relato fue la de alivianar la carga penal contra el delincuente. A esto le agregó que el ladrón estaba drogado –algo que en su momento declaró una víctima, a la que robó y luego volvió a pedirle sus pertenencias-, y aseveró que el arma era en verdad una réplica.
A pedido de la defensora, el juez ordenó un examen forense al imputado para determinar si requiere de un tratamiento por consumo de sustancias.