El partido entre Central Córdoba y Timbuense por la Copa Santa Fe terminó con serios incidentes entre los futbolistas y las hinchadas el último fin de semana. La peor parte se la llevó el arquero del Charrúa, Francisco Mastrángelo, quien fue víctima de un violento golpe en el rostro.
El encuentro se desarrollaba de forma normal aunque un tanto del elenco de Central Córdoba cerca del final desató un final inesperado. A treinta segundos de terminarse el partido, los jugadores del club de Timbúes se acercaron al árbitro para reclamarle por su desempeño.
"Ellos le reclamaban que jugó de más", comentó el arquero en diálogo con El Tres. Fue entonces que los jugadores del elenco local quieren intervenir. "Ahí queremos separar y festejar", dijo.
A continuación, ya con los jugadores adentro de la cancha, entre empujones y agarrones, uno de los futbolistas de Timbuense golpeó al arquero de Central Córdoba en el rostro quien quedó tendido en el piso producto de las contusiones.
En ese momento, "me marié, me llevaron al vestuario" para luego revisarlo. "Tengo un edema en la retina", contó el futbolista del Charrúa.
Y añadió: "El médico me dijo que tengo que hacer reposo entre diez y quince días", por lo que se perderá varios entrenamientos.
Lo cierto es que tras la agresión al arquero, los incidentes se trasladaron a las tribunas. Los simpatizantes del Charrúa arrojaron piedras contra los jugadores de Timbuense, quienes devolvieron los proyectiles.
La Policía a cargo del operativo de seguridad tuvo que desalojar el estadio, enviando a las hinchadas de ambos clubes a la calle, provocando el encontronazo de ambas facciones. Finalmente, los simpatizantes de los del equipo del Cordón Industrial se subieron a los ómnibus que los trasladaban mientras que los fanáticos del Charrúa fueron dispersados con balas de goma.