El domingo 12 se registraron dos homicidios en la localidad chaqueña de Sáenz Peña. Se trató de un hombre de 35 años y otro de 36, cuyos crímenes se desarrollaron en el barrio Santa Mónica y estarían relacionados.
Una de las víctimas, la primera en perder la vida, fue Luciano Pereyra (36). Estiman que un menor de 16 años lo habría matado. Por ello, se cree que, como “venganza”, una multitud de personas asesinaron a Gustavo Rufino (35), padre del presunto damnificador.
Pereyra fue atacado en las primeras horas del domingo, y cuando ingresó a la guardia del Hospital 4 de junio, presentaba graves heridas que, a los minutos, le produjeron la muerte.
La concubina de Pereyra efectuó la denuncia y acusó a dos personas como presuntos autores del asesinato. Uno de los indicados era Rufino y el otro su hijo.
Alrededor de las 14:00 horas de aquel día, alertaron a la policía local por un conflicto en cercanías a la vivienda del fallecido. Los efectivos se hicieron presentes en el lugar y encontraron a unas 300 personas en la vereda de la casa de Rufino.
Este hombre estaba tendido en la calle presuntamente sin signos vitales. Además, la casa de esta segunda víctima estaba incendiada. Personal del ya nombrado hospital acudió a la escena y constató que el damnificado estaba muerto.
Este sujeto sería el padre del señalado como homicida de Pereyra. Ante esta situación, las autoridades investigan ambos delitos, para esclarecer la culpabilidad de los implicados y si el grupo de personas asesinó a Rufino como “venganza”.