Cualquier turista que viaje a Esquel podrá encontrarse con varios lagos, nieve, antiguos bosques e incluso con una sirena. Se trata de Paula Olmedo, una joven chubutense de 30 años cuyo sueño es llegar a ser una profesional en esta práctica.
Si bien estudió para ser maestra del nivel inicial, sus proyectos con el tiempo cambiaron. En diálogo con El Destape, confesó que entró en la práctica de mermaiding por pura casualidad y gracias a las redes sociales.
Debido al algoritmo, el cual conoce sus gustos y sabe que se interesa por la magia, le recomendó varios perfiles de sirenas. Empezó con la estética, pero luego se sumergió de lleno en este exigente y poco conocido deporte.
Por ahora, Paula es una sirena en las montañas, que de a poco mejora su técnica con cursos vía Internet y con tutoriales de YouTube. Sin embargo, tiene las aletas puestas en una meta: poder trabajar y vivir de esta pasión.
Qué es el mermaiding, el deporte que hace Paula, la sirena de Esquel
El mermaiding consiste de nadar como las sirenas, es decir, con las piernas juntas en impulsos que nacen desde la cadera. Es exigente no sólo porque hay que imitar los movimientos de estas criaturas mitológicas, sino también porque es necesario aguantar la respiración bajo el agua durante mucho tiempo y en actividad.
Para ello, uno debe someterse a un arduo trabajo pulmonar. A su vez, hay que tener un óptimo estado mental que permita concentrarse y pasarla bien mientras se restringe el ingreso de oxígeno al cuerpo.
Las sirenas trabajan en espectáculos bajo el agua, y se trata de una práctica profesionalizada que se puede estudiar. En Argentina, según contó Paula, hay un solo profesor que ofrece clases de mermaiding dentro de su curso de buceo, que se encuentra a 1700 kilómetros de Esquel.
Lentamente y con ayuda de Internet comenzó su entrenamiento. Empezó por conseguir monoaletas para los pies para practicar natación en su ciudad. No obstante, con esto no es suficiente, pues necesitaba también una cola completa.
La misma es llamada “piel de sirena”, pero como no pudo obtenerla, Paula decidió hacerse una ella misma. Lo mismo ocurrió con los tops: son todos hechos a mano gracias a sus conocimientos de costurera, rubro en el que trabajó de chica.
El look exige tener el pelo teñido, como lo tienen estos seres acuáticos. No obstante, no resultó ser una obligación para ella, pues como siempre le gustó tenerlo en tonos rosados, la transición fue natural, incluso para sus cejas.
Este autodescubrimiento para la chubutense resultó ser un gran cambio en su vida: “Ser sirena me da herramientas para no hacer las cosas solo para gustarle al otro”, aseguró. Muy orgullosa de su nuevo camino, se encuentra activa en sus redes sociales, donde publica su día a día entrenando, sin importar el clima.
Mermaiding: una práctica que comparten varias personas del mundo
Este deporte es practicado por muchas personas a lo largo del mundo. Si bien nació en China hace 6 años, el mermaiding ya existe en varios países que lo reconocen como un deporte oficial, como es el caso de Estados Unidos.
De esta manera, entre sirenas tienen un grupo internacional donde se aportan consejos y se apoyan entre ellos. Paula recibe mensajes por WhatsApp incluso desde Europa. Se creó esta comunidad con gente que no solo logró trabajar de ello, sino también con quienes quieren hacerlo algún día, como Olmedo.
En el país no es tan conocido, pero siempre ha recibido apoyo. La joven solo recuerda una vez que se hayan burlado de ella, pero es más fuerte la alegría que siente cuando se personifica y posa en los paisajes del sur argentino.
“Toda la experiencia de ponerse una cola de sirena y el entrenamiento es mágico. Cuando la gente te ve, te sonríe”, señaló. Todo su outfit es muy llamativo, con lo cual está acostumbrada a que le pidan fotos, videos y saludos.
Los pasos de Paula en el mermaiding
Como también se dedica a enseñar, sus alumnos aprovechan para preguntarle si es una sirena de verdad. Paula de momento está a medio camino de serlo, pues su meta está puesta en practicar profesionalmente el deporte y vivir también de ello.
Comenzó trabajando en fiestas y eventos como tal, según le contó al medio. Incluso ofrecía fotos, que si bien en un principio atraía una modesta cola de gente, actualmente el número de solicitantes ha crecido de forma notable.
“Cada pasito que doy como sirena me maravilla”, aseguró. Aun así, no deja de amar el jardín de niños, pero el día de mañana espera poder combinar sus dos pasiones. Por eso, en sus ratos libres práctica para mejorar su técnica.
Los beneficios de practicar mermaiding
Debido a las exigencias que tiene este deporte, su práctica genera un notable fortalecimiento de músculos, principalmente de la espalda y brazos (bíceps y tríceps). A su vez, ayuda a mejorar la postura y evitar dolores de espalda crónicos.
También protege los tobillos y las articulaciones de los pies. Esto se debe a que, al tener apoyo y fuerza con las aletas, se corre menos riesgo de lesiones.
El mermaiding incluso mejorar la articulación de la rodilla, evita los riesgos de desplazamiento y lesiones. Al mismo tiempo, beneficia el aparato respiratorio y cardiovascular.