El domingo 29 por la madrugada, una joven de 22 años fue asaltada en el barrio San Cayetano, ciudad de Comodoro Rivadavia. Cuando el delincuente escapó, ella comenzó a llorar, el ladrón la ecuchó, regresó y la abrazó.
El autor del robo, un hombre de 29 años, le había apuntado con una pistola en la cabeza para que le entregara sus pertenencias. Una vez que obtuvo lo que quería se dio a la fuga, pero unos metros después escuchó su llanto y volvió para consolarla.
La abrazó, la acompañó caminando unos metros y le dijo que permanezca en silencio. Por fortuna de la mujer, apareció un patrullero chequeando la calle y le hizo señas para que la ayudaran.
El asaltante intentó escapar y en medio de la persecución arrojó su pistola debajo de un auto estacionado. Los efectivos policiales aun así lograron atraparlo y confirmaron que el arma era una réplica de una pistola plateada con cachas color negras, calibre 4.5 milímetros.