“Cuando uno se retira de la vida productiva, lo primero que empezás a conocer es tu casa. Te das cuenta por dónde pasa el sol”, cuenta Ladi Batistón (61). Ella, luego de 40 años como recaudadora de impuestos, hizo una revolución interna. Y pasó de la calculadora al rouge: en la búsqueda por redescubrirse en la tercera edad, se convirtió en Silver Model, es decir, una modelo que representa a las mujeres con cierta edad. Y mal no le fue: en apenas unos meses de estudio, logró ser seleccionada para participar del Argentina Fashion Week, que se llevará a cabo del 15 al 22 de marzo en el Hipódromo de Palermo. Y lo fue, nada más ni nada menos que por Francisco Ayala, el actual presidente de la Cámara Argentina de la Moda.
“La Organización Mundial de la Salud dice que, desde que nos jubilamos, tenemos 30 años vista. Entonces, nos preguntamos ¿Qué hago?”, contó en Algo Dirán de Radio Galena. En ese marco, inició una búsqueda interna. Intentó con la danza: quiso hacer cumbia santafesina. Empezó un curso, pero los compañeros no la sacaban a bailar. Y las mujeres les decían que no sabían hacer los movimientos de los hombres. Cuando se pasó toda una clase sentada, decidió que eso no era lo suyo. Y se topó con un banner que decía “vení tal cual sos”. Y eso, a Ladi, le encantó: porque no solo hablaba de su cuerpo, sino también de su búsqueda interior. Era de la franquicia de Vidal Rivas Fashion School en Rafaela.
Fue así que comenzó el camino para convertirse en una “Silver Model”. ¿Qué es esto? Ladi lo explica: “es ser una persona mayor, tener un cuerpo acorde a la edad que uno tiene, lucir un cabello con canas, natural, que habla de identificarse como persona mayor. Y a partir de allí, el camino que uno quiera hacer, luego de haber cerrado las obligaciones de vida que tuvimos. Todas fuimos hijas, estudiantes, novias, esposas, madres, abuelas.... Y hoy somos el resumen de todo aquello y se replantea y piensa qué elige desde hoy en adelante. Todo bajo un concepto: envejecer bonito”.
“Cuando te jubilás, te despertás pero el despertador no sonó. No tenés que levantarte corriendo porque ninguna obligación te espera. Y todavía no conocés tu casa, pese a que estuve ahí durante 30 años”, contó.
“Ladi tiene 5 hijos, un sobrino-hijo y dos nietas: una de ellas es universitaria y la otra empezó la salita de 5. La mayoría de mis hijos no vive en Rafaela, con lo cual, cuando alguno viene, empieza una revolución”, dijo.
“Cuando empecé el cursado, les aclaré a mis compañeras que si bien tenía edad para ser su madre o su abuela, sería una igual que ella: con las obligaciones, con los ejercicios, los entrenamientos, todo lo que exige la escuela. Nada más equivocado que es banal subirse a una pasarela. Todos, los que trabajamos y los que no, usamos nuestro cuerpo: los médicos usan las manos, los locutores la garganta, los futbolistas los pies... En mi caso, uso mi cuerpo para que la firma me solicita para promocionar está en mí: en el zapato, en el peinado, la cartera, etc. Y es un trabajo de mucha exigencia”, explicó.
Argentina Fashion Week
“Me pidieron un casting para enviar al Argentina Fashion Week. Y lo hice con una amiga, de forma muy casera. Armamos una pasarela y con el aro y el teléfono, hicimos un portfolio. Y lo mandamos a Buenos Aires. A los días me comunican que había sido seleccionada para un diseñador. Después, se me hace saber que fui seleccionada por Francisco Ayala”, indicó.
Francisco Ayala es el presidente de la Cámara Argentina de la moda. “Tiene la particularidad que basó su carrera en el estudio del arte precolombino, de nuestras telas, los telares, el formato de la indumentaria, etc. Cuando uno ve sus desfiles, ve una impronta”, detalló.
“En la semana, que será en el Hipódromo de Palermo, el 18 de marzo, se van a presentar las alumnas de todo el país. Y quienes se reciban, van a recibir el certificado. El martes 19 voy a tener un regalo: voy a tener una entrevista con Francisco Ayala, en su atelier y voy a conocer que prenda voy a usar en el desfile del 20″, detalló.
¿Qué esperás de acá en adelante? “Tener salud, vivir bien y disfrutar de mi familia, como se pueda (somos muchos y nos vemos como podemos), honrarme a mí. El mensaje es para toda mujer y en particular para las de mi edad: ya sabemos que la vida no es la ideal, todas hemos caído, todas tiramos la toalla más de una vez pero también decidimos en una fracción de segundo decidimos salir de ahí. La vida vale la pena. Hay que decirle a todas que adentro nuestro habilita la posibilidad de hacer lo que realmente queremos y tenemos que darnos ese permiso. Muchas veces el rol de la madre se lleva puesto al de la mujer. Por favor, tenemos que regalarnos el mirarnos hacia adentro. No vengo a traer un mensaje mostrando la figura externa, sino la revolución interna. Todas podemos”.