Se realizaron tareas de mantenimiento y acondicionamiento en la planta de recupero con el objetivo de mejorar las condiciones de la estructura edilicia y del equipamiento, lo cual representa una mejora en la calidad de trabajo y en la eficiencia de los procesos.
Recordemos que allí trabajan cerca de 90 personas, entre integrantes de las Cooperativas de Recicladores Urbanos y personal municipal. Allí se reciben a diario los residuos que se generan en toda la ciudad, para separarlos y disponerlos correctamente, trabajando de manera articulada con diferentes áreas municipales involucradas en el proceso.
Recordemos que el Complejo Ambiental Rafaela es un predio de 33 hectáreas ubicado en el sector oeste de nuestra ciudad. Agrupa tareas que van desde la disposición final de residuos hasta la recuperación y valorización de los mismos, integrando todo el proceso con acciones informativas y educativas en el mismo predio, lo cual ha cambiado el rumbo de la gestión de los residuos de la ciudad. El sector de Planta se puso en funcionamiento en el año 2005, por esto es fundamental sostener trabajos de mantenimiento y mejora continua.
Los trabajos en el Complejo Ambiental
La secretaria de Ambiente y Movilidad, María Paz Caruso, señaló que “estos trabajos forman parte de un plan integral que venimos llevando adelante en el Complejo Ambiental, que contempla tareas de higiene, identificación de sectores, equipamiento, entre otras. Los residuos muchas veces se asocian con el desorden y la suciedad, y nosotros queremos darle otro valor, otra mirada al espacio donde trabajan las cooperativas”.
Por su parte, la responsable del Complejo Ambiental, Claudia Isaurralde, manifestó que “las tareas realizadas fueron en el sector de la Planta de Recupero. En esta etapa se pintó el equipamiento interno, las cintas transportadoras y las prensas. También se renovaron las paredes de la planta y del comedor con pinturas lavables. Por otro lado se colocaron barreras para evitar el ingreso de aves y la formación de los nidos. Se mejoraron las señalizaciones internas para ordenar la circulación del personal y se realizó una limpieza profunda de ventanas y pisos. Finalmente establecimos pautas para mejorar y profundizar el orden dentro del espacio, evitando por ejemplo que queden bolsones o fardos en su interior”.