El 27 de noviembre de 1954 se inauguró una de las atracciones de Pehuen Co: la llamada Casa Barco.
Según narra el Archivo Histórico Municipal, la ceremonia se realizó de acuerdo a la tradición de los astilleros al botar un buque: la señora Libertad R. Martella, en calidad de madrina de la nave, estrelló sobre el filo de su proa la clásica botella de champagne. La casa que llama la atención por su forma, posee una historia también particular.
Su propietario original, Luis Novelli, ideó y encomendó su construcción a Francisco y Antonio Walich (padre e hijo) en 1951. Novelli fue un inmigrante italiano que abandonó su tierra natal de muy joven a bordo del vapor de pasajeros “Roma”, embarcación que se convertiría en el último lazo con su patria y que se propuso reproducir con ladrillos y cemento. La idea original tuvo como fin hacer perenne el momento del viaje, que cambió su vida para siempre.
Las características edilicias son particulares también, correspondiendo a la forma de la vivienda. Para acceder a la casa, se asciende por una escalera de hierro a la cubierta, que cuenta con un corredor perimetral semicubierto. La distribución interior incluye un hall, comedor, cocina, baño y tres dormitorios. En la planta alta se ubica la terraza y el fogón con su correspondiente rueda de mando de timón. La obra en su totalidad está construida con materiales tradicionales. Toda ella está realizada en ladrillo hueco salvo la proa, diseñada con una estructura de perfiles, malla de alambre tejido y luego revocada para darle la forma. Los remaches se realizaron con molde uno por uno y luego se colocaron en su sitio.
Los elementos que configuran el aspecto externo del barco cumplen un objetivo funcional: la chimenea mayor es el tanque de agua y las menores corresponden a la cocina y el hogar. Los cuartos interiores son bajos. Las paredes simulan planchones de hierro con grandes remaches, las arañas tienen forma de timón. Las puertas son de hierro y la principal se halla elevada para evitar que entre el agua de la cubierta. Las ventanillas de los camarotes son de 40cm x 60cm, lo que motiva la exigencia de luz artificial.
Los pisos de la cubierta originalmente eran de cemento y sobre el mismo se dibujaba el maderamen de la embarcación, hoy está recubierto con cerámica. En el jardín, Novelli ideó un sistema automático de riego. Asimismo el suministro eléctrico se hacía a través de molinos aerocargadores.